jueves, 26 de noviembre de 2015
Gracias a la Vida
Gracias al Amor y a la Vida, que me han dado tanto, que me han dado familia y amigos en mi linda Costa Rica y amigos, amigas y amores de Nueva York a Tsukuba, de State College a Salamanca, de Nueva Orleans a Florencia, de San José a São Paulo, de Belo Horizonte al Callao, de Tokio a Lima, de Porto Velho a Caldas, de Salto a Oxford, de Montevideo a Vigo, de Curitiba a Buenos Aires, de Recife a Marilia, de Cork a Barcelona, y de vuelta a San José. Gracias a la Vida, que me dado tanto.
domingo, 22 de noviembre de 2015
Tres escenas cotidianas de Rodo y Lia
Él está cenando en la mesa del comedor y ella se le arrima y lo abraza y no lo deja moverse.
Él está leyendo el periódico en la terraza de La Libélula y ella llega de medio lado y le aplasta la nariz con la palma de la mano. Él se queja y le pide que lo deje en paz, pero lo dice riéndose.
En una fiesta familiar él la saca a bailar un bolero y se abrazan como se abrazaron, me imagino, en la pista de baile durante la fiesta de su boda, hoy hace cuarenta y seis años.
Él está leyendo el periódico en la terraza de La Libélula y ella llega de medio lado y le aplasta la nariz con la palma de la mano. Él se queja y le pide que lo deje en paz, pero lo dice riéndose.
En una fiesta familiar él la saca a bailar un bolero y se abrazan como se abrazaron, me imagino, en la pista de baile durante la fiesta de su boda, hoy hace cuarenta y seis años.
viernes, 20 de noviembre de 2015
Pájaros de barro, versión brooklyniana
Cuando no puedo dormir de madrugada y telarañas tejidas en los vértices del tiempo me atrapan, a veces leo hasta que se me cierran los ojos así como yo cierro el libro de las horas muertas. Otras veces imagino viajes, saco mi atlas, y en los mapas me pierdo, por sus hojas navego. Y algunas veces simplemente escucho canciones que son poemas y en los valles del recuerdo, musitando en mi idioma, me pierdo.
lunes, 16 de noviembre de 2015
Cachito de Luna y Luz Cachú
El sábado apareció un cachito de luna. Lo vi de camino a la piscina mientras iba pidiéndole al cielo una luz. El domingo salió un cachito un poco más cacho que reflejaba un poquito más de luz. Hoy ya apareció un cuarto creciente que ilumina más que un cacho de luz pero mucho menos que una Luz Cachú.
sábado, 7 de noviembre de 2015
Entre los papelitos de un antiguo aspirante a poeta paulistano
Hurgando entre las cajas de recuerdos de un antiguo
aspirante a poeta, me encontré un papelito en el que esbozó su último intento por escribir un poema. A juzgar por el nombre y número de teléfono que escribió en el mismo papelito, se inspiró en su musa de cabello negro rizado, ojos color miel, dulce sonrisa y samba no pé del bar Ó do borogodó en la Vila Madalena de São Paulo. Sambó toda la noche y escribió el poema antes de caer dormido una mañana gozosa de un diciembre feliz. Nunca revisó el poema. Lo dejó ahí y en eso quedó
su intento de escribir poesía. Ni siquiera le puso título.
Te busqué
durante una noche blanca y fría,
ya tan lejana.
Te esperé
escuchando en
silencio el canto
de una reina
africana.
Te encontré
donde el samba le da vida
a la
madrugada urbana.
Me acerqué
mientras miradas entrecruzábamos
y se atisbaba ya la alegre mañana.
Poco importaba que fuera mala poesía. Lo que importaba era intentarla,
ensayarla, dejarla fluir, vivirla, y por qué no, sambarla.
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