martes, 31 de octubre de 2017

Japi Jalogüín

La alegría de los chiquitos vestidos de monstruos o superhéroes y las chiquitas vestidas de heroínas o brujas invadió mi barrio hoy. Caminaban por las aceras para recolectar confites y chocolates en sus calabazas plásticas. Sonreían.

Em Prospect Park West observé a una niñita rubia de tres años, vestida de Mujer Maravilla. La chiquita no entendía muy bien la dinámica y le decía "Thank you!" a todo el mundo, aunque no le dieran dulces. "Thank you! Thank you! Thank you!" pasó diciendo a mi lado, calabacita en mano, mientras su papá se reía. 

Recordé una foto que me enternece mucho, de una chavita de unos cuatro o cinco años maquillada de gatita (¿o ratoncita?), con bigotitos negros y nariz roja, cargando su calabacita en la mano izquierda.

Me acordé también del ángel que me cuidó cuando yo no podía caminar. Halloween es su fiesta favorita. Le mandé un texto con dos palabras: "Japi Jalogüín". Ella entiende. Hay agradecimientos que siempre llevaré en el corazón.

Vecinos de Windsor Terrace, Brooklyn

domingo, 29 de octubre de 2017

Agradecer la tormenta

A pesar de la tormenta fui nadar. Cuando anocheció parecía que cejaba un poco la lluvia y decidí ir a la piscina. Me sentí liviano en el agua y luego me relajé con baño de vapor. Pero al salir del YMCA el aguacero había arreciado y el viento soplaba fuerte, desprendiendo hojas de los árboles y causando una lluvia casi horizontal. Me empapé más caminando de regreso a casa que en la piscina. 

Y sin embargo agradecí la tormenta: el viento en la cara, las gotas de lluvia en la piel. Estoy vivo y puedo sentir, como sentí, en días recientes, el sol en mi piel y presencié el esplendor incendiario del otoño neoyorquino. 

La experiencia me recuerda, además, que he pasado rudas tormentas pero siempre ha llegado la calma de nuevo, como plácida tarde otoñal.


sábado, 28 de octubre de 2017

Crónica: El mejor café

Esta mañana me tomé la última taza del mejor café de Dota, al menos por ahora. Se me acabó el Reserva Especial de CoopeDota. Por lo pronto, disfrutaré del café Triángulo de Oro, tostado en mi distrito josefino de Calle Blancos. En diciembre espero regresar a Costa Rica y tomar con mi gente aromáticas tazas de café negro, como en está crónica urbana.

Photo Credits: Basheer Tome ©

sábado, 21 de octubre de 2017

Un poco de calma

Han sido muchas semanas difíciles para mi gente: huracanes en Houston, Florida y el Caribe, terremotos en México, tormenta tropical en Costa Rica y Nicaragua. A principios de esta semana, para rematar, me escribió la Divina desde Vigo contándome sobre los terribles incendios forestales en Galicia y Portugal. Ella estaba en casa encerrada por el humarascal que agobiaba a Vigo. Y el mismo huracán Ofelia que azuzaba los incendios forestales con sus vientos, luego azotó el oeste de Irlanda, donde tengo gente muy querida en Cork, Crosshaven y Bandon, familia y vecinos de los Connolly.

Gracias a la Vida toda mi gente amada está a salvo en todos lados. Pero ya se necesita un poco de calma. 

Este fin de semana, parece, ha llegado esa calma. Ayer mi Jardinero Fiel me escribió desde San José. Me contó que en mi jardín florecen rosas amarillas y ya despuntan más botones. La orquídea ha brotado una nueva rama con múltiples botones. Pronto florecerán mis chicas raras y salvajes, como me gustan a mí. Y en la enredadera se han abierto varias pasifloras rojas.

Y hoy acá, en Brooklyn, hace un día de otoño bellísimo: cielo límpido, sol radiante, aire fresco. Ahora escribo y dentro de un rato iré a disfrutar una jarra de cerveza con Niall en la terraza del Adirondack, un bar aquí en nuestro barrio. Poco más.

Bienvenida la calma. ¡Salud!

Orquídea fotografiada por mi Jardinero Fiel

viernes, 20 de octubre de 2017

Crónica bien bailada

He estado trabajando demasiado. Me vendría bien otra bailadita con Yotoco, como en esta crónica. Por el momento, me complazco en compartir la vivencia aquí. Comparto además el video del hermoso bolero, "La hiedra", que cito en la crónica. Este verso es genial: “Yo sé que estás ligada a mí, más fuerte que la hiedra, porque tus ojos de mis ojos no pueden separarse jamás”.



lunes, 16 de octubre de 2017

Un detalle fraterno

Hace ya diez noches fui a Union Hall a escuchar el concierto de lanzamiento del nuevo cd de mi amigo Niall Connolly, titulado Dream Your Way Out of This OneEstuvo buena la noche con mis amigos, quienes constituyen mi familia irlandesa-brooklyniana: Clare, Jen, Brenda, el Greg de Brenda, Sara, el Greg de Sara, y demás tías, primos y afines. Y Niall con su banda, recién regresados de la gira por Irlanda, andaban excepcionalmente afinados y coordinados. Canté y brinqué a gusto. Al final, al despedirnos, Niall y yo nos dimos un abrazo fraterno tan emotivo que él, contentísimo por la música, el público y la cerveza, me dio un beso en la mejilla. A mí me dio risa y me pareció tierno. Me alegré por él y por mí, por tener un hermano al cual celebrarle sus éxitos. Me lo trajo la vida, de Cork a Brooklyn.


Cover art by Clare McCarthy

domingo, 15 de octubre de 2017

Salir a buscar a mi luna

Otra vez se me llenaron corazón y cuerpo de amor. Hora de salir a caminar al parque y buscar la compañía de la luna, como canta Ladama:

  La luna es mi hombro
  Y en la noche
  Ella es mi confidente.

viernes, 13 de octubre de 2017

Crónica: Inmigración y filosofía

Esta crónica no la escribí yo sino la Redacción de la revista ViceVersa. Es una reseña de mi libro, Loving Immigrants in America. Acá en mis Apuntes y Postales lo he mencionado pero no he compartido casi nada sobre su contenido pues lo escribí en inglés. Sin embargo, esta reseña en español puede llenar un poco ese vacío y servir de puente entre las dos lenguas. 

Uno de mis grandes desafíos en todos estos años viviendo en "la Yunai" ha sido escribir tanto en inglés como en español. Hubo una época en que casi sólo escribía en inglés. Luego me rebelé y sólo quería escribir en español. Luego intenté dividirme: filosofía en inglés, poesía y crónicas en español. Pero la verdad es que no es posible dividirse así. Hay cosas que quiero escribirlas en inglés, sea filosofía o literatura. Y hay otras que quiero escribirlas en español, sea literatura o filosofía. Y a veces lo intento en portugués - uno o dos versos, simples, privados, pero versos al fin.

En todo caso, comparto aquí la crónica - Inmigración y filosofía: Loving Immigrants in America. ¡Salud!

jueves, 12 de octubre de 2017

Luz: Malena Muyala

Después de nadar anoche, mientras caminaba de regreso y atravesaba el parque Prospect, escuché por primera vez la canción "Luz" de Malena Muyala, acompañada en esta interpretación por Charo Bogarín. La letra me gustó tanto que la escuché varias veces mientras caminaba. 

Las letras de Malena son siempre poemas, pero generalmente son tristes, melancólicas, incluso trágicas. Esta letra sin embargo me pasó una sensación de esperanza, de luz suave como la luz de la luna menguante pero aún brillante que me acompañaba. Esperanza de enamorados, sin duda, que a veces es simple ilusión, pero esperanza deliciosa cuando la sentís de verdad. Atenti pebeta a estos versos: 

    Veo venir...
    el destello enamorado
    de unos ojos que delatan
    que algo queda por decir.

Qué delicioso es cuando te cruzás con una mirada así. Aunque las palabras no se enuncien allí mismo, la mirada ya lo ha dicho todo.




miércoles, 11 de octubre de 2017

Crónica: Los tendederos de Lisboa

Ya que vengo tocando temas portugueses por la poesía de Mia Couto que me presentó Asahi-san, llega a tiempo esta nueva crónica urbana - Los tendederos de Lisboa: Walking Around. Se gestó hace un año y la ensayé primero en estos Apuntes y Postales. Pero la revisé un poco para honrar a mi Sol matinal y ya está ahí, para el público. Esta semana, además, me encantó la imagen que escogió la directora de arte de ViceVersa Magazine para ilustrar mi crónica. 

Justamente ahora venía regresando de una excelente sesión de natación e hice una deliciosa caminata por el parque mientras me acompañaba la luna menguante. Pensaba: "Hoy todo me salió bien". Yéndome a dormir con esta imagen en mente y el recuerdo de Lisboa y mis personas amadas allá en el corazón, más feliz me siento.

Imagen por Guy Moll



domingo, 8 de octubre de 2017

Armar una cómoda

Me pasé toda la tarde armando mi nueva cómoda. Puede parecer algo banal y sin embargo me hizo muy bien como metáfora.

Aunque no era una labor de ingeniería avanzada, ¡ni siquiera introductoria!, sí requería prestar bastante atención a las instrucciones y todas las partes. Mientras me mantuve concentrado en mis acciones y enfocado en las instrucciones, no cometí errores. Cuando me puse a pensar en otras cosas, los cometí y tuve que desarmar y rearmar partes. Tuve suerte: ningún error fue irreparable. 

Además, armar la cómoda me permitió guardar ropas que andaban sueltas, sin su propio lugar. Esto me llevó a limpiar el armario, sacar chunches y escoger ropa para donar. Mañana me permitirá reorganizar aún más el espacio en mi apartamento. 

En fin, pude poner orden. Eso me hizo bien. Fue Anto, en esta entrada de su blog, quien me enseñó explícitamente la importancia psicológica y anímica de ordenar. Viajo mucho y cuando estoy en Brooklyn estoy siempre trabajando o buscando vida social. Me vino bien ponerle atención a mi casa.  

Además mi cuevita es pequeña pero acogedora. Y tengo ganas de acoger en ella.

sábado, 7 de octubre de 2017

Ordenar y nadar

Hoy Costa Rica y Nicaragua amanecieron golpeadas e intentando ordenarse, reorientarse, después de las lluvias torrenciales, inundaciones, deslizamientos y demás destrucción causada por la tormenta tropical Nate. 

Por la tarde, la selección de fútbol de Costa Rica jugó horrible, empató de último minuto y clasificó al campeonato mundial de fútbol del año entrante en Rusia. En Tiquicia hay gente en albergues, gente aún desaparecida y gente festejando en la Fuente de la Hispanidad. Yo ando medio desorientado al respecto, como sin saber si alegrarme o guardar silencio. Lo que me nace es guardar silencio. Pero el tico es alegre, fiestero. Escucho y observo todo de lejos y me parece surreal.

Incluso yo tuve una semana de contrastes. Mientras celebraba tener en mis manos la copia impresa de mi libro, Loving Immigrants in America, y disfrutaba de una charla literaria, una muestra de fotografía de mi amiga Carla, un documental sobre Chavela Vargas, conversaciones con una chama muy creativa e intensa, un concierto de Niall y varias caminatas de madrugada por el parque bajo luz de luna, en Costa Rica y Nicaragua llovía y las aguas crecían y mucha gente salía evacuada de las zonas de inundaciones y peligro de derrumbes y otras perdían la vida o desaparecían.

Así que hoy necesitaba un día para ordenar y equilibrar lo que pudiera. No puedo estar en Centroamérica, entre mi gente, colaborando. 

Entonces al menos ordené mi casa, limpié a fondo y reorganicé el uso del espacio. Por la noche fui a nadar, ofreciéndome ese cuidado a mí mismo, a mi cuerpo-mente, porque me lo pedía. Nadé suave, con movimientos económicos y precisos, maximizando los centímetros por brazada y patada, como una forma de ser parsimonioso. 

Y ahora estoy en casa en silencio. Voy a poner música de Ladama y seguir armando mi nueva cómoda. Quiero tener espacio para guardar mi ropa en orden, la que realmente uso, donar la que sirva aunque yo no la use y deshacerme de todo lo que sobre. Quiero simplificar.

Siento que si pongo orden aquí en mi casa, algo de orden pongo en el cosmos, aunque no pueda ponerlo en mis queridas Costa Rica, Nicaragua, Puerto Rico y México.


Volver de madrugada

Estoy acá pensando. Anoche decidí ir de última hora a ver la última tanda del documental Chavela en el Film Forum. Una cosa me llevó a la otra y terminé caminando por el parque Prospect de madrugada, escuchando las interpretaciones de Chavela en mi mente. Me impactó esta versión documental de la vida de la cantante tico-mexicana, sobre todo su actitud desafiante y decidida ante la vida. Tanto me impactó que terminé pensando que me encanta su interpretación de "Volver", pero no para cantársela yo a nadie ("no mames", diría Jahel), sino para que me la canten a mí.

Hoy salí de nuevo a escuchar a Niall y su banda. Ese es otro cuento. Pero estoy acá pensando: ¿por qué me gusta tanto caminar de madrugada por Brooklyn, bajo la luz de la luna, al final de una noche que sorprende? Porque la noche sorprende. Es una delicia. ¿Por qué me gusta tanto? Yo no lo sé, pero así soy. Me gusta la madrugada. Trae lo inusitado.