Toda esta belleza brota gracias al cuidado de mis papás, jardineros fieles y amorosos.
Tanta belleza y tanto cuidado me causan alegría. También, si no me cuido, me pueden causar nostalgia, melancolía, tristeza por mi ausencia, más allá de morriñas y saudades.
Para cuidarme, mantenerme presente y sobrellevar esta fase de mi vida peripatética, procuré también belleza brooklynense esta semana. La encontré en dos nevadas leves. Tanto ayer jueves como hoy viernes, al despertar descubrí que durante la noche había nevado. No mucho. Apenas lo suficiente para dejar una capa fina de nieve - a gentle dusting - sobre las aceras, los jardines, las ramas deshojadas de los árboles, los techos.
En el resplandor intenso de esa capita de nieve bañada por el sol, encontré la belleza que necesitaba para mantenerme presente y atento a mi entorno y al mismo tiempo alegrarme por los florecimientos en mi jardín y el amor de mi familia.
Capita de nieve - Dusting of Snow (Foto: Leonie.Vandekamp) |
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