A mí ésta última esperanza me sostuvo por mucho tiempo. Luego la solté. Entendí que quizá mis ires y venires en la vida no son una Eneida. Son una vida peripatética. De vez en cuando me ilusiono de nuevo al sentir que mi historia sí será una Eneida. Después viene el golpe. Lo acepto. Ya no me tumba el golpe aunque duela. Peripatético soy.
"Eneas" por Bernini, en Villa Borghese |
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