En Vitoria, capital del estado de Espírito Santo, los cerros que se precipitan hacia el mar, el estuario del río Santa María y la bahía recuerdan la geografía y los paisajes de Río de Janeiro, más al sur. En Vila Velha, vecina de Vitoria, atravesando el río hacia el sur, las playas son de arenas amarillentas, aguas verdes y horizonte azul. La combinación recuerda el uniforme de la seleção local.
En la playa de Itaparica las corrientes son fuertes, pues la baña directamente el Atlántico, sin barreras naturales como islas, puntas o arrecifes para apaciguarlas. Pero el suave y agradable sol invernal, las arenas tibias, el cielo azul y el romper de las olas invitan a largas caminatas hacia el sur, a la barra en la desembocadura del río Jucu (en tico se pronuncia "Yucú"), o al norte, hasta la punta conocida como Pedra da Sereia.
Si sos torcedor y tu equipo te dio una satisfacción el domingo, te podés pasar toda una semana curtindo a praia y siendo muy feliz, con una sonrisa que no te la arranca nadie y que, de vez en cuando, lleva a alguna garota a devolverte la sonrisa.
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