El fin de semana pasado, en la noche de La Libélula, leí Bodas de sangre de Federico García Lorca pues ando un poco apasionado por su poesía trágica desde que vi la película La novia en el Cine Magaly. Así que me decidí por dos poemarios suyos, Poeta en Nueva York y El Diván del Tamarit. Desde el verano pasado también quiero leer más de Rosario Castellanos, así que escogí Poesía no eres tú y su comedia teatral El eterno femenino. Y no se puede más, porque sigo teniendo deberes de filósofo, así que con Federico y Rosario andaré por el resto del verano, escogiendo poemas según los títulos y mi ánimo del momento. Basta de sistema.
lunes, 24 de julio de 2017
Noche de domingo con Rosario y Federico
Si no me pongo vivo, este verano boreal se me va a escapar sin que consiga consiga leer literatura a gusto. Comencé bien con Morreste-me, una novelita muy poética de José Luis Peixoto
que me mandó mi Sol matinal desde Lisboa. Me deleité en leer su
ejemplar porque lo heredó de una amiga a quien se lo autografió el
autor, un ejemplar que ha andado por tres continentes al menos. Pero
luego entre seminarios, libro y ensayos no he podido leer a gusto.
Basta. A ponerme vivo que se me está esfumando el verano. Esta noche de domingo decidí no permitirlo. Aunque mucho trabajo me falte para el próximo mes, me puse a ojear los estantes de mi bibliotecas. ¿Qué leer a partir de ahora?
El fin de semana pasado, en la noche de La Libélula, leí Bodas de sangre de Federico García Lorca pues ando un poco apasionado por su poesía trágica desde que vi la película La novia en el Cine Magaly. Así que me decidí por dos poemarios suyos, Poeta en Nueva York y El Diván del Tamarit. Desde el verano pasado también quiero leer más de Rosario Castellanos, así que escogí Poesía no eres tú y su comedia teatral El eterno femenino. Y no se puede más, porque sigo teniendo deberes de filósofo, así que con Federico y Rosario andaré por el resto del verano, escogiendo poemas según los títulos y mi ánimo del momento. Basta de sistema.
El fin de semana pasado, en la noche de La Libélula, leí Bodas de sangre de Federico García Lorca pues ando un poco apasionado por su poesía trágica desde que vi la película La novia en el Cine Magaly. Así que me decidí por dos poemarios suyos, Poeta en Nueva York y El Diván del Tamarit. Desde el verano pasado también quiero leer más de Rosario Castellanos, así que escogí Poesía no eres tú y su comedia teatral El eterno femenino. Y no se puede más, porque sigo teniendo deberes de filósofo, así que con Federico y Rosario andaré por el resto del verano, escogiendo poemas según los títulos y mi ánimo del momento. Basta de sistema.
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