sábado, 7 de octubre de 2017

Ordenar y nadar

Hoy Costa Rica y Nicaragua amanecieron golpeadas e intentando ordenarse, reorientarse, después de las lluvias torrenciales, inundaciones, deslizamientos y demás destrucción causada por la tormenta tropical Nate. 

Por la tarde, la selección de fútbol de Costa Rica jugó horrible, empató de último minuto y clasificó al campeonato mundial de fútbol del año entrante en Rusia. En Tiquicia hay gente en albergues, gente aún desaparecida y gente festejando en la Fuente de la Hispanidad. Yo ando medio desorientado al respecto, como sin saber si alegrarme o guardar silencio. Lo que me nace es guardar silencio. Pero el tico es alegre, fiestero. Escucho y observo todo de lejos y me parece surreal.

Incluso yo tuve una semana de contrastes. Mientras celebraba tener en mis manos la copia impresa de mi libro, Loving Immigrants in America, y disfrutaba de una charla literaria, una muestra de fotografía de mi amiga Carla, un documental sobre Chavela Vargas, conversaciones con una chama muy creativa e intensa, un concierto de Niall y varias caminatas de madrugada por el parque bajo luz de luna, en Costa Rica y Nicaragua llovía y las aguas crecían y mucha gente salía evacuada de las zonas de inundaciones y peligro de derrumbes y otras perdían la vida o desaparecían.

Así que hoy necesitaba un día para ordenar y equilibrar lo que pudiera. No puedo estar en Centroamérica, entre mi gente, colaborando. 

Entonces al menos ordené mi casa, limpié a fondo y reorganicé el uso del espacio. Por la noche fui a nadar, ofreciéndome ese cuidado a mí mismo, a mi cuerpo-mente, porque me lo pedía. Nadé suave, con movimientos económicos y precisos, maximizando los centímetros por brazada y patada, como una forma de ser parsimonioso. 

Y ahora estoy en casa en silencio. Voy a poner música de Ladama y seguir armando mi nueva cómoda. Quiero tener espacio para guardar mi ropa en orden, la que realmente uso, donar la que sirva aunque yo no la use y deshacerme de todo lo que sobre. Quiero simplificar.

Siento que si pongo orden aquí en mi casa, algo de orden pongo en el cosmos, aunque no pueda ponerlo en mis queridas Costa Rica, Nicaragua, Puerto Rico y México.


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