Saidera quiere decir el "zarpe", es decir, el último trago antes de irse.
Junto con Prí, mi colega carioca, bebí una Bohemia acompañada de aipim frito (yuca frita, yo la conocía como mandioca o macaxeira en portugués) en Santa Teresa, barrio bohemio engarzado en los cerros de tal forma que ofrece vistas espectaculares. El aire frío y la neblina le daban un aire serrano al barrio. Nos tomamos una segunda Bohemia, la verdadera saidera y nos despedimos alegres.
Ya en casa, en Botafogo, vi el Cristo en la cima del Corcovado y una luna enorme sobre la cadera de la montaña con silueta de mujer. Me despedí agradecido. Hasta pronto.
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