jueves, 17 de septiembre de 2015

Indicios prematuros del otoño en Prospect Park

En las canchas de béisbol los niños ya no juegan a la pelota, como dicen los caribeños, sino que juegan fútbol estadounidense. En la copa de un arce joven, las hojas se incendian en fulgor rojiamarillo. En la playita del laguito el agua está calma y límpida. Una tortuguita de ribetes también rojiamarillos en la cabeza nada y salta al ras del fondo arenoso. Un filósofo la contempla sin cavilar. La luz del final de la tarde, agradable y tibia, le acaricia la espalda y extiende la sombra de un hombre sin prisas, como la tortuga, sobre el fondo arenoso.

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