domingo, 7 de junio de 2015

Un corazón en el cielo sobre Brooklyn

Caminaba por mi barrio de vuelta a casa después de hacer las compras sabatinas. La tarde primaveral era tibia, tranquila, de cielos despejados, sol brillante y brisa fresca. Yo escuchaba música de la Banda Magda en mi ipod

Mientras caminaba por la calle East Second hacia el sur, me percaté de que varios niños judíos, quienes ya jugaban en la calle al finalizar el día de descanso, miraban hacia el cielo. Sus madres, sentadas en las gradas a la entrada de sus casas, también contemplaban algo aparentemente superior y celestial. Al mismo tiempo escuché un ronroneo de motor por detrás de la bossa nova de Magda. Pausé la música y miré hacia arriba.


Una avioneta volaba sobre Brooklyn y dibujaba, al liberar humo, un trazo curvo en el cielo, en forma de gancho. Pero no entendí. "¿Un gancho?", pensé perplejo.

Continué caminando mientras escuchaba a la avioneta maniobrar y atisbaba el cielo cada diez o quince pasos, para confirmar que la avioneta daba una vuelta pero sin liberar humo.

Pasé de las cuadras judías a la cuadra bengalí y mexicana. En ésta, los niños también habían detenido sus juegos de fútbol, cricket, o “quedó” para mirar al cielo. Los adultos, algunos en sus vestimentas musulmanas y otros “occidentalizados”, también lo observaban.

Miré de nuevo. La avioneta trazó otra curva en forma de gancho, pero a la inversa. Entonces lo vi claramente y entendí. Había dibujado un corazón blanco sobre un fondo azul celeste.


Judíos, musulmanes y cristianos, practicantes o no; creyentes, agnósticos y ateos; y quizá otros también: todos contemplaban el mismo corazón en el mismo cielo.

 

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