Xinia: nombre de flor y mariposa |
domingo, 25 de febrero de 2018
Nombre de flor y mariposa
Cuando una mariposa besa a una flor, a través de ese beso el cosmos deja fluir su energía generosa con sabor a dulce néctar. Cuando la mariposa abre las alas y vuela, el cosmos y la flor se embelesan por su resplandor colorido. La mariposa necesita tanto los momentos de descanso y deleite, posada en la flor, como los momentos de volar y embellecer su entorno. Yo conozco a una mariposa así. La admiro y llena también mi vida de alegría. Por ella me regocijo y doy gracias.
sábado, 24 de febrero de 2018
Buscar el pan con L
Mis primeros dos pensamientos al despertar hoy parecían incongruentes. Primero, con un sentimiento de saudades, tristeza y empatía entremezcladas: "¿Cómo estarán M y A?" Son las hijas de mi prima L que mejor conozco, pero J, C y J también ocupan mis pensamientos. Segundo: "No tengo pan para desayunar." Me vestí y salí de mi cuevita a buscar el pan abrigado, pensando que sentiría frío húmedo. Y sin embargo era una mañana despejada, sin la garúa de los últimos dos días, y fresca, pero no fría. En los árboles de la avenida 10 cantaban los gorriones. Entonces pensé en ella.
Su última mañana en Coronado, L se levantó temprano y salió a buscar el pan para el desayuno. La imaginé caminando hacia la panadería, fresquita y alegre, a las 6 am, esa hora de luz suave y abundante y temperatura fresca en San José. L ya no regresaría a casa. Pero sus últimas sensaciones conscientes debieron ser agradables, placenteras: la intensidad de la luz tropical, el frescor del aire montañez, el día pleno en posibilidades, el saludo y las voces de los vecinos, la anticipación del sabor del café negro con pan fresco.
Esto imaginé. Me percaté que el pensar en M, A y el pan estaba vinculado de forma misteriosa. Y dejé que la luz plena que iluminaba esta mañana brooklyniana iluminara también mis pensamientos y sentimientos. Permití que esa luz invadiera los recovecos un tanto oscuros de mi corazón dolido en estos últimos días. L es hoy un haz de luz tropical en nuestros corazones.
Su última mañana en Coronado, L se levantó temprano y salió a buscar el pan para el desayuno. La imaginé caminando hacia la panadería, fresquita y alegre, a las 6 am, esa hora de luz suave y abundante y temperatura fresca en San José. L ya no regresaría a casa. Pero sus últimas sensaciones conscientes debieron ser agradables, placenteras: la intensidad de la luz tropical, el frescor del aire montañez, el día pleno en posibilidades, el saludo y las voces de los vecinos, la anticipación del sabor del café negro con pan fresco.
Esto imaginé. Me percaté que el pensar en M, A y el pan estaba vinculado de forma misteriosa. Y dejé que la luz plena que iluminaba esta mañana brooklyniana iluminara también mis pensamientos y sentimientos. Permití que esa luz invadiera los recovecos un tanto oscuros de mi corazón dolido en estos últimos días. L es hoy un haz de luz tropical en nuestros corazones.
Corazones iluminados por luz tropical |
jueves, 22 de febrero de 2018
L cuidando y bailando
L se nos fue. Cuando me llegó el mensaje, ni siquiera entendí que era ella quien había fallecido. Era inconcebible. Demasiado joven, vital, alegre. La semana anterior nos escribimos y ella estaba en la playa. "¿Cuál L?", pregunté, pensando que sería otra persona, otra L a quien yo no conocía. Leí la respuesta: nuestra prima L. Sentí el golpe. Y no dije nada a nadie. ¿A quién? ¿Para qué? Yo estaba en el campus, en medio de los quehaceres diarios. Terminé las labores del día. Luego visité el lago, como siempre. Guardé silencio frente a sus aguas. Ahora, en la quietud de la noche y la paz de mi soledad, pienso en ella. Amó a nuestros bisabuelos, Manuel y Cristina. Amó a toda nuestra familia. Nos "chineó" (mimó) y nos atendió a todos siempre que pudo. Quiso mucho a mi abuela Luz. Cuidó a sus hijos e hijas. Bailó mucho, siempre con alegría. La recordaré así: cuidando, bailando.
Una alegría que florece, otra alegría que nace |
martes, 20 de febrero de 2018
Risas junto al Lago Prospect
Hoy subió la temperatura a grados primaverales. Y con ese ensayo de primavera llegaron al parque Prospect, tan vacío de gente durante el invierno, familias con sus chiquitos. Y los chacalines y las chamaquitas trajeron un sonido que, al escucharlo a la orilla del lago, descubrí que extrañaba: risas de alegría que me hacen sonreír.
Escuchen la letra al 1'25":
domingo, 18 de febrero de 2018
Crónica: Ojos enloquecidos de amor
Sin que yo lo planeara ni me percatara de la coincidencia, mi crónica "Ojos enloquecidos de amor" se publicó en el día de San Valentín. En realidad esa fecha no la tengo presente, pero cuando salió el texto se me ocurrió que podía parecer anti San Valentín, o por lo menos anti enamorados. Le conté esto, medio en broma, a la Divina. Pero ella me contestó: "No es anti San Valentín. El amor es válido en todas sus formas, aunque sea el de una mujer (golpeada por sabe qué) hacia su peluche". Tiene razón. En realidad cuando vi a la mujer de la crónica pensé que el dolor, el amor y la ternura conviven en todos los corazones.
¿A este loco todos le huyen en el metro? |
Domingo luminoso con Bicho de Pé
El sol resplandece en la nieve acumulada y el domingo se llena de luz y alegría. Amenizo la mañana con un café negro, hummus, zeit & zaatar, aceitunas marroquís y pan pita mientras escucho música forró de Bicho de Pé, otra maravilla de música brasileña que me presentó la garota vagalume. ¡Qué delicia comenzar la mañana así!
(Atención a la canción en el minuto 36:25)
viernes, 16 de febrero de 2018
Noche de cantautores en Fawkner
La guria de Floripa tendría pocas horas en su paso por Nueva York. Le pregunté si quería ver algo en especial.
--Quiero ver Brooklyn através de tus ojos, me respondió.
Era de noche y llovía.
--Vamos a la noche de cantautores en Fawkner--le sugerí. --La organiza mi amigo Niall Connolly. Te va a gustar.
Nos bajamos del tren F en la estación de Bergen Street, en el barrio de Boerum Hill, subimos a la calle Smith y corrimos hasta Fawkner para no mojarnos mucho.
Cuando entramos al bar, Warren Malone cantaba con su voz aguda y cálida una pieza nueva que quizá aparezca en el nuevo álbum que está grabando. Algo parece sangrar en su corazón pero responde con ironía, como en "Love is Such a Monster". Es un inglés sentimental y luchador.
Niall ya había tocado y escuchaba. Me alegró verlo pues hemos tenido pocas chances en los últimos tres meses. Lo abracé y se lo presenté a la guría. Se nos unió Dee. Ali ya estaba entre la gente. Escuchamos todos juntos la sucesión de cantautores.
Más que ver Brooklyn através de mis ojos quise que la guría al menos escuchara un poco de Brooklyn através de mis oídos. Disfrutó y se llevó sonidos irlandeses, ingleses y brooklynianos consigo a Florianópolis.
--Quiero ver Brooklyn através de tus ojos, me respondió.
Era de noche y llovía.
--Vamos a la noche de cantautores en Fawkner--le sugerí. --La organiza mi amigo Niall Connolly. Te va a gustar.
Nos bajamos del tren F en la estación de Bergen Street, en el barrio de Boerum Hill, subimos a la calle Smith y corrimos hasta Fawkner para no mojarnos mucho.
Cuando entramos al bar, Warren Malone cantaba con su voz aguda y cálida una pieza nueva que quizá aparezca en el nuevo álbum que está grabando. Algo parece sangrar en su corazón pero responde con ironía, como en "Love is Such a Monster". Es un inglés sentimental y luchador.
Niall ya había tocado y escuchaba. Me alegró verlo pues hemos tenido pocas chances en los últimos tres meses. Lo abracé y se lo presenté a la guría. Se nos unió Dee. Ali ya estaba entre la gente. Escuchamos todos juntos la sucesión de cantautores.
Más que ver Brooklyn através de mis ojos quise que la guría al menos escuchara un poco de Brooklyn através de mis oídos. Disfrutó y se llevó sonidos irlandeses, ingleses y brooklynianos consigo a Florianópolis.
jueves, 15 de febrero de 2018
Día de la Mujer Mexicana
"Hoy es el Día de la Mujer Mexicana" me contó esta noche la Princesa Chipotle. Le deseé felicidades. Y así se las deseo a todas, a las que conozco y a las que espero conocer: ¡Feliz Día de la Mujer Mexicana! Y mesoamericana, caribeña, latinoamericana, ibérica, europea, asiática, africana. ¡Felicidades!
domingo, 11 de febrero de 2018
Entre amigos después del baile
Quise bailar al ritmo de Yotoco el sábado de carnaval. Fue una celebración colombiana y boricua, en vez de brasileña, pero igual de alegre para mí. Además de que tocaban mis amigxs - Sebastián, Nato, Gabo, Geo y Evan - sabía que podría bailar con Elisa, Chris, Madi, Karen y el resto de nuestra gente.
Así fue. Aunque Barbés se llenó a reventar, encontramos pequeños espacios frente a la banda para bailar cumbia, plena, bomba y fusiones con chachachá, funk y otros ritmos. Músicos y bailarines gozamos juntos.
Después del baile nos sentamos a tertuliar en los sofás rojos junto al ventanal al frente del bar. Conversamos de todo un poco. En un momento, Sebastián dijo sobre nuestro grupo de amigxs:
--Creo que todos estaremos en Nueva York juntos por mucho tiempo, así que prepárense para que seamos como una familia.
Eso me llenó el corazón.
Ya tengo una familia irlandesa en Nuyork: Clare, Niall, Jen y sus familias McCarthy, Connolly y Smith. Ahora siento que vamos forjando una familia latinoamericana con gente de Colombia, Puerto Rico, México, Venezuela y otros lugares.
Soy rico en familias, cuidados y amores.
Así fue. Aunque Barbés se llenó a reventar, encontramos pequeños espacios frente a la banda para bailar cumbia, plena, bomba y fusiones con chachachá, funk y otros ritmos. Músicos y bailarines gozamos juntos.
Después del baile nos sentamos a tertuliar en los sofás rojos junto al ventanal al frente del bar. Conversamos de todo un poco. En un momento, Sebastián dijo sobre nuestro grupo de amigxs:
--Creo que todos estaremos en Nueva York juntos por mucho tiempo, así que prepárense para que seamos como una familia.
Eso me llenó el corazón.
Ya tengo una familia irlandesa en Nuyork: Clare, Niall, Jen y sus familias McCarthy, Connolly y Smith. Ahora siento que vamos forjando una familia latinoamericana con gente de Colombia, Puerto Rico, México, Venezuela y otros lugares.
Soy rico en familias, cuidados y amores.
Yotoco en vivo (Foto: yotocomusic.com) |
sábado, 10 de febrero de 2018
Sábado de carnaval: ¡a bailar!
Es sábado de carnaval. Desde Río de Janeiro y Recife mis amigxs me envían sus fotos en las fiestas callejeras de sus ciudades. En Río de Janeiro, cantan marchinas y bailan en los blocos. En Recife bailan frevo. Yo estoy en mi cuevita. A pesar de la tarde gris, he estado escuchando a Martinho da Vila, Nazaré Pereira, Mestrinho do Acordeón (me lo acaba de presentar la garota vagalume) Clara Nunes, Ilana Volcov y Jacob do Bandolim, para pasear un poco por la geografía e historia de Brasil.
He recordado también las veces que he podido festejar el carnaval en Río de Janeiro con amigas y en Porto Velho enamorado de una garota amazônica. Después de aquel carnaval no nos volvimos a encontrar. Ni he podido regresar a Brasil durante el carnaval. Pero pasa el dolor y queda el amor disfrutado y el baile y la alegría de los momentos compartidos y bien vividos.
Llegan además nuevos carnavales para festejarlos donde sea y con la gente que quiera. Y aquí estoy de pie y me preparo para bailar esta noche, cuerpo a cuerpo con todos los cuerpos, y disfrutar. Que el cielo nublado y la lluvia de un sábado brooklyniano un tanto apagado no me impidan la celebración de carnaval. ¡A bailar!
He recordado también las veces que he podido festejar el carnaval en Río de Janeiro con amigas y en Porto Velho enamorado de una garota amazônica. Después de aquel carnaval no nos volvimos a encontrar. Ni he podido regresar a Brasil durante el carnaval. Pero pasa el dolor y queda el amor disfrutado y el baile y la alegría de los momentos compartidos y bien vividos.
Llegan además nuevos carnavales para festejarlos donde sea y con la gente que quiera. Y aquí estoy de pie y me preparo para bailar esta noche, cuerpo a cuerpo con todos los cuerpos, y disfrutar. Que el cielo nublado y la lluvia de un sábado brooklyniano un tanto apagado no me impidan la celebración de carnaval. ¡A bailar!
Crónica: Mi Jardinero Fiel
Comparto otra crónica familiar, Mi Jardinero Fiel, sobre el amor y los cuidados florecientes. Es la última escena antes de haber salido de San José hace un par de semanas. Acompaño esta entrega de una foto que me mandó mi Jardinero desde San José después de que llegué a Brooklyn. Son grupos de ángeles reunidos en la veranera.
A veces, como esta noche cinéfila, me hacen pensar en mi película favorita, Der Himmel über Berlin de Wim Wenders: El cielo sobre Berlín o Las alas del deseo.
A veces, como esta noche cinéfila, me hacen pensar en mi película favorita, Der Himmel über Berlin de Wim Wenders: El cielo sobre Berlín o Las alas del deseo.
Foto: R. Campos |
jueves, 8 de febrero de 2018
Sesión laboriosa pero satisfactoria
A pesar de la pereza por el frío, sali de mi cuevita, fui hasta el YMCA y a las 9:43 pm me lancé a la piscina. La nadada de está noche fue laboriosa, incómoda, incluso un poco tortuosa. Me costó encontrar un buen ritmo. Intenté nadar pecho, libre, con manoplas, con boya, con manoplas y boya. Todo me costó. Solo en los últimos 250 metros empecé a sentirme bien pero ya tenía pocos arrestos de energía. Y sin embargo a las 10:32 pm salí de la piscina satisfecho. Al menos me eché al agua y nadé. Di lo que tenía aunque fuera una sesión pobre. Acepté que esta noche hice lo que pude. En el baño de vapor me relajé. Me duché con calma, me vestí en silencio y regresé a pie a mi cuevita. Está calientita y yo estoy relajado y sonriente. Esta noche dormiré contento, con sueño profundo.
miércoles, 7 de febrero de 2018
Brumas sobre el Lago Prospect
Un manto espeso de bruma escondía en el misterio la superficie del Lago Prospect. Cuando llegué a orillas de éste, un poco más temprano de lo acostumbrado, había aún suficiente claridad para observar todo el entorno. Alrededor del lago, los árboles sin hojas y los pastizales amarillentos le daban un toque sombrío al ambiente. Llovía. Las gotas se lamentaban al caer sobre la capa fina de hielo que cubría la superficie próxima del lago.
Hubiese esperado que esto le restara vida y gozo al momento y lugar en que me encontraba presente. Y sin embargo la bruma le daba un aspecto de vitalidad a la escena. Me parecía el aliento vital del lago al exhalar, al soplar, al liberar su espíritu en forma de vaho blanco. Del misterio nacía la Vida.
Arreció la lluvia, se dispersó la bruma bajo el aguacero fuerte y tuve que venirme a casa. Llegué empapado. A pesar de los pies mojados y el frío en la piel, sentía un delicioso calor vital en el corazón y un renovado agradecimiento pues el lago me había regalado otra experiencia inusitada.
Hubiese esperado que esto le restara vida y gozo al momento y lugar en que me encontraba presente. Y sin embargo la bruma le daba un aspecto de vitalidad a la escena. Me parecía el aliento vital del lago al exhalar, al soplar, al liberar su espíritu en forma de vaho blanco. Del misterio nacía la Vida.
Arreció la lluvia, se dispersó la bruma bajo el aguacero fuerte y tuve que venirme a casa. Llegué empapado. A pesar de los pies mojados y el frío en la piel, sentía un delicioso calor vital en el corazón y un renovado agradecimiento pues el lago me había regalado otra experiencia inusitada.
martes, 6 de febrero de 2018
Crónica: Luz lectora
Comparto mi crónica de la semana pasada en Viceversa Magazine, "Luz lectora", sobre mi abuela luminosa. Es un perfil personal, resultado de conversaciones recientes con ella en su casa en San José.
Me satisface compartir la crónica, además, porque la fotografía que la ilustra es de mi amiga Emília, fotógrafa brasileña (Instagram: @emilia.silberstein). Hace mucho que sigo y admiro su obra en fotografía y cinematografía. Cuando nos vimos en noviembre pasado en Río de Janeiro, le propuse que colaboráramos combinando una fotografía suya con una crónica mía. Aceptó. Intercambiamos varias ideas, primero cenando comida árabe en la Praça Nelson Mandela en el barrio de Botafogo y luego tomando café en el patio del Instituto Moreira Salles en el barrio de Gávea. Yo había visto ya dos fotos suyas de mujeres lectoras y se me ocurrió la idea de un perfil sobre mi abuela Luz, lectora ávida e inteligente. Este es el resultado.
Me satisface compartir la crónica, además, porque la fotografía que la ilustra es de mi amiga Emília, fotógrafa brasileña (Instagram: @emilia.silberstein). Hace mucho que sigo y admiro su obra en fotografía y cinematografía. Cuando nos vimos en noviembre pasado en Río de Janeiro, le propuse que colaboráramos combinando una fotografía suya con una crónica mía. Aceptó. Intercambiamos varias ideas, primero cenando comida árabe en la Praça Nelson Mandela en el barrio de Botafogo y luego tomando café en el patio del Instituto Moreira Salles en el barrio de Gávea. Yo había visto ya dos fotos suyas de mujeres lectoras y se me ocurrió la idea de un perfil sobre mi abuela Luz, lectora ávida e inteligente. Este es el resultado.
Gestación de la idea en el Instituto Moreira Salles, Río de Janeiro |
lunes, 5 de febrero de 2018
Deseos y felicidad
Mientras bordeaba el Lago Prospect hoy al atardecer, recordé una oración perspicaz escrita por Tolstoy en Ana Karénina.
En un punto de la trama, Ana y Vronsky se han jugado ya por su amorío y aunque viven momentos de alegría también sobrellevan momentos de frustración y tristeza. El narrador entonces observa que los personajes han cometido el mismo error que cometen todas las personas en algún momento de su vida: pensar que la felicidad consiste en la satisfacción de todos sus deseos.
Aunque sentí compasión por Ana y Vronsky, me impactó la perspicacia de Tolstoy. Su oración es sencilla pero certera. En vez de juzgar a los personajes, cuando la leí pensé en mis propias confusiones en varios momentos de mi vida.
Hoy la recordé al meditar a la orilla del lago después del día de clases. ¿Cuántas veces he pensado que la satisfacción de algún deseo intenso aumentaría mi felicidad? Algunas veces he descubierto, sin embargo, que un deseo satisfecho no me ha traído la felicidad que esperaba. Otras veces, el incumplimiento de un anhelo se ha convertido, con el paso del tiempo, en una bendición.
Aunque a veces podés preverlo, nunca sabés con certeza adónde conducirán tus deseos y anhelos. Algunas filosofías recomiendan no anhelar, ni desear. Yo no voy tan lejos. Anhelar, desear y arriesgar por lo que querés es parte de una vida plena. Pero tenés que mantener presente que la felicidad no consiste en el cumplimiento pleno de tu voluntad. Si un deseo no se te da, tenés que dejarlo ir aunque te duela. Si se te da y descubrís que te has equivocado, reconocelo y perdonate. Si se te cumple y es bueno, agradecé a la Vida.
En un punto de la trama, Ana y Vronsky se han jugado ya por su amorío y aunque viven momentos de alegría también sobrellevan momentos de frustración y tristeza. El narrador entonces observa que los personajes han cometido el mismo error que cometen todas las personas en algún momento de su vida: pensar que la felicidad consiste en la satisfacción de todos sus deseos.
Aunque sentí compasión por Ana y Vronsky, me impactó la perspicacia de Tolstoy. Su oración es sencilla pero certera. En vez de juzgar a los personajes, cuando la leí pensé en mis propias confusiones en varios momentos de mi vida.
Hoy la recordé al meditar a la orilla del lago después del día de clases. ¿Cuántas veces he pensado que la satisfacción de algún deseo intenso aumentaría mi felicidad? Algunas veces he descubierto, sin embargo, que un deseo satisfecho no me ha traído la felicidad que esperaba. Otras veces, el incumplimiento de un anhelo se ha convertido, con el paso del tiempo, en una bendición.
Aunque a veces podés preverlo, nunca sabés con certeza adónde conducirán tus deseos y anhelos. Algunas filosofías recomiendan no anhelar, ni desear. Yo no voy tan lejos. Anhelar, desear y arriesgar por lo que querés es parte de una vida plena. Pero tenés que mantener presente que la felicidad no consiste en el cumplimiento pleno de tu voluntad. Si un deseo no se te da, tenés que dejarlo ir aunque te duela. Si se te da y descubrís que te has equivocado, reconocelo y perdonate. Si se te cumple y es bueno, agradecé a la Vida.
Soltando anhelos incumplidos a la orilla del Lago Prospect |
viernes, 2 de febrero de 2018
En Bed Stuy se baila
"En Bed Stuy se baila": así se llamó la fiesta que organizó anoche mi amigo, el DJ Tres Dos, en el Casablanca Cocktail Lounge del barrio Bedford Stuyvesant. Tenía algo de pereza de ir hasta allá pues para mí significaba ir y regresar en dos trenes en una noche invernal. Pero Madi me llamó para preguntarme si yo iba pues ella tenía ganas de bailar y yo sabía que si la acompañaba además me encontraría con Tres Dos, quien siempre pone buena música caribeña, Carlita su enamorada y mi amiga fotógrafa, Dennis el músico griego y quizá algunos compas más. Además, después del set de Tres Dos tocaría en vivo la banda Kumbakin que siempre le pone sabor de salsa y son a sus bailes.
Así que pa' Bed Stuy me fui: tren F, tren A, caminadita y ya entraba al Casablanca. Llegué al mismo tiempo que Madi y el conguero de Kumbakin. Tres Dos ya tocaba discos viejitos, sobre todo plena y bomba boricua, mezcladas con sones y salsas cubanas. Carlita bailaba y vino a abrazarme. Nos saludamos y rapidito nos lanzamos todos a pista. En realidad no hay pista, sólo un espacio entre la barra y las mesas junto a las paredes de ladrillo descubierto. Pero allí encontramos campo pa' bailar.
Poco a poco la fiesta se fue llenando de gente, sobre todo latinoamericana. Me sorprendí y alegré cuando llegó Elisa. Yo pensaba que ella aguardaba su visa en México. Pero ya se la dieron y regresó a trabajar en la fundación y galería de arte en Sunset Park que la contrató como pedagoga y curadora. Nos abrazamos y conversamos un poco. Habíamos planeado unas colaboraciones docentes y creativas que ya podemos emprender. Pero no hablamos mucho sobre esos proyectos. El asunto de anoche era bailar y eso hicimos todos. Se nos unió también Gui, un artista plástico mexicano que baila con estilo mesoamericano. Ni me di cuenta cómo pasó tan rápido el baile. Cuando supe ya era hora de terminar la fiesta. Nos abrazamos y despedimos. Me fui cansado pero feliz. Viví otra noche bien bailada en Brooklyn.
Así que pa' Bed Stuy me fui: tren F, tren A, caminadita y ya entraba al Casablanca. Llegué al mismo tiempo que Madi y el conguero de Kumbakin. Tres Dos ya tocaba discos viejitos, sobre todo plena y bomba boricua, mezcladas con sones y salsas cubanas. Carlita bailaba y vino a abrazarme. Nos saludamos y rapidito nos lanzamos todos a pista. En realidad no hay pista, sólo un espacio entre la barra y las mesas junto a las paredes de ladrillo descubierto. Pero allí encontramos campo pa' bailar.
Poco a poco la fiesta se fue llenando de gente, sobre todo latinoamericana. Me sorprendí y alegré cuando llegó Elisa. Yo pensaba que ella aguardaba su visa en México. Pero ya se la dieron y regresó a trabajar en la fundación y galería de arte en Sunset Park que la contrató como pedagoga y curadora. Nos abrazamos y conversamos un poco. Habíamos planeado unas colaboraciones docentes y creativas que ya podemos emprender. Pero no hablamos mucho sobre esos proyectos. El asunto de anoche era bailar y eso hicimos todos. Se nos unió también Gui, un artista plástico mexicano que baila con estilo mesoamericano. Ni me di cuenta cómo pasó tan rápido el baile. Cuando supe ya era hora de terminar la fiesta. Nos abrazamos y despedimos. Me fui cansado pero feliz. Viví otra noche bien bailada en Brooklyn.
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