Mis amigos Renato, Franci y Lucas continúan mimándome. Ayer lloviznó todo el día por lo que estuvimos tomando café y comiendo y conversando con sus amigos toda la tarde y noche. Fue un típico día de brasileños que se sientan a conversar con calma hasta que se acaben el café, la cerveza y las ganas.
Hoy me llevaron a almorzar moqueca caipixaba en la Ilha das Caieras, una de las islas en las cercanías de Vitória. El restaurante quedaba junto al atracadero de pangas y lanchas de pescadores. Atravesando el amplio estero se veía un manglar. El sol fulgía fuertememente pero del estero nos llegaba una deliciosa brisa con fuerte olor a mar.
La moqueca es un cocido de pescado y mariscos servihierrocaldo en olla de hierro. La versión bahiana se sirve en un caldo con leche de coco y aceite de dendê. La moqueca capixaba (capixabas son los lugareños de Vitória) se coce en un caldo de tomate. La nuestra hoy fue de abadejo y camarones en ese caldo.
A pesar del calor, la comí com ganas y gusto. ¡Qué delicia! Compartimos una moqueca para cuatro y arrasamos con todo. Ni el pirão (harina de mandioca cocinada en el caldo de pescado) sobró.
Yo recordé una marísquería en el estero de Mata Limón en Costa Rica. También se come rico con olor a mar.
Hoy, saboreando la moqueca, respirando aires atlánticos y contemplando el estero, me sentí acogido y en familia. Me hace bien.
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