jueves, 30 de noviembre de 2017

Sentir en Praia Vermelha

Durante uno de los intervalos del congreso sobre filosofía y género en la Unirio, salgo del campus y camino hasta la cercana Praia Vermelha. Es una playita pequeña y tranquila incrustada entre cerros de piedra maciza. En una de las puntas que delimita la playa se eleva el imponente cerro del Pão de Açucar rodeado de bosque en sus laderas bajas. En la punta opuesta. pescadores se paran en las rocas a lanzar sus cuerdas y anzuelos. Al frente se observa la entrada de la bahía de Guanabara. La arena es amarillenta. El agua es esmeralda cuando el cielo se despeja y plateado cuando las nubes predominan. Se escucha el suave romper de olas, el aleteo de aves al levantar vuelo y el viento. Huele a sal, a mar, a vida aventurera de errantes pájaros marinos. El viento es fresco y se me eriza un poco la piel. Miro, escucho, huelo, siento. Dejo de pensar un rato y vivo. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario