lunes, 21 de noviembre de 2016

Un tiempo para perder(se) y otro para recuperar(se)

Durante veinte años o más no perdí ninguna billetera. Esta tarde, por cuarta vez desde julio, perdí una: esta vez, la que me regaló Xinia. No me dolió el dinero, ni los documentos, ni el contratiempo, sino perder el regalo de mi hermana y la sensación de que ando desconcentrado, sin estar presente ni ubicado en mi contexto. Es el trabajo quizá, que por momentos si lo permito me rebasa. Y quizá otro poco sea la soledad, que los domingos a veces pega fuerte si no busco vida.

Sin embargo, siempre hay algún ángel cerca. Hoy, gracias a la Vida, Tsun-Hui me atajó de la caída libre. Nos encontramos en el cine Metrograph, en Chinatown, para ver In Another Country, del director coreano Hong Sang-Soo. Resultó ser una cinta interesante: tres historias relacionadas que de una u otra forma tenían como protagonista a una mujer en un ambiente extraño, en un país extranjero (una francesa en Corea del Sur), pero con gente alegre y sencilla por la vuelta para darle un toque ligero a las crisis de la mujer. La actriz principal, Isabelle Huppert, participó de un conversatorio después de la peli y estuvo interesante. 

Luego fuimos a comer tres bocas - pulpo a la parrilla, frijoles blancos en salsa de tomate y papa asada al limón - a un restaurante griego por ahí cerca. Tsun-Hui me contó que la hermana de una amiga suya que vive en Iowa murió de un cáncer muy raro esta semana en Washington D.C. La familia ya repatrió los restos a Taiwán y su amiga ha ido a casa para el funeral. Me lo contó con tristeza.  Le ha pesado también a ella. Pero en el transcurso de la conversación se animó y me dijo que va a ser tía, que su hermano y cuñada esperan bebé para febrero. 

Escuchando a Tsun-Hui me olvidé de mi rollo, que no es para tanto, y me imaginé esas vidas, cada una hecha de un tiempo para la alegría y otro para la tristeza, de un tiempo para nacer y otro tiempo para morir, como estas vidas nuestras en esta ciudad de ocho millones de corazones. Son vidas hechas también de un tiempo para perder(se) y otro para recuperar(se), de un tiempo para escuchar y acompañar y otro para ser escuchado y acompañado.

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