Recordé esta película mientras miraba otra, Alanis (Argentina, 2017) en el festival de cine latinoamericano Neighboring Scenes del Lincoln Center. Alanis es una muchacha de Cipoletti, Río Negro, que llega a Buenos Aires embarazada y embaucada por un tipo para trabajar como prostituta. La película nos muestra tres días en la vida de la muchacha. Ya ha nacido su hijo y es trabajadora sexual en un apartamento que comparte con una amiga. Pero una intervención policial, en vez de ayudarla, la lanza a una situación aún más peligrosa y precaria en las calles de Buenos Aires. Alanis, falta de amor, sola en el mundo, busca su camino pero no lo encuentra. Y sin embargo, es valiente, resiliente y amorosa. Cuida a su hijo como una leonesa en medio de la indiferencia e hipocresía social.
Después de la proyección, en la recepción inaugural del festival, comenté la cinta con Deb, Iza y Fla. Es un filme duro, realista. Las amenazas de desempleo, violencia, explotación y secuestro del hijo se sienten en todos los rincones. Sabés que la chica es fuerte pero no encontrará salida en su contexto social y político.
Ahora pienso en Celina y Alanis: dos mujeres solas, vulnerables, perseverantes, valientes, amorosas, sensibles. Quieren y merecen que las sepan querer.
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