miércoles, 28 de marzo de 2018

Ensoñaciones frente a lagos y estanques

Pocas veces he visto tan calmo al Lago Prospect como esta noche. Me detuve en su orilla cerca de las 9 PM, después de un larguísimo día en el campus. Había dado tres clases, observado otra más y escuchado una conferencia conmovedora de Edwidge Danticat, escritora haitiana. Luego había asistido a la recepción y cena tras la charla y conversado por un par de horas con mis amigos Miguel, sevillano, y Vanessa, puertorriqueña. La comida haitiana estuvo deliciosa pero mi energía para pensar se había agotado ya cuando llegué al lago a meditar. Necesitaba entregarme a mis sentidos sin pensar más. 

Me deleité al observar el lago sereno como si fuera un espejo negro y líquido en el cual se reflejaban las luminarias amarillentas de los senderos del parque y las siluetas de los troncos y copas de los árboles aún sin hojas. Ni siquiera medité. Solamente observé y me dejé llevar por ensoñaciones. Estaba tan lisa la superficie del lago que me recordó al estanque de la Plaza Hearst en el Lincoln Center, uno de mis lugares favoritos en Manhattan, o el estanque de los lirios en Brooklyn College, otro de mis lugares favoritos.
 
Me doy cuenta de que siempre ando en busca del agua, sea en ambientes naturales o artificiales. Lagos y estanques: en ellos encuentro belleza, gozo e incluso el Bien, como en mi crónica de esta semana, "El agua y el Bien: Tao Te Ching 8". Sé que esta noche dormiré tranquilo, con sensaciones acuáticas en mis sueños.

Reflejos en el estanque de Plaza Hearst, Lincoln Center (Foto: Mr Inky)

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