Me deleité al observar el lago sereno como si fuera un espejo negro y líquido en el cual se reflejaban las luminarias amarillentas de los senderos del parque y las siluetas de los troncos y copas de los árboles aún sin hojas. Ni siquiera medité. Solamente observé y me dejé llevar por ensoñaciones. Estaba tan lisa la superficie del lago que me recordó al estanque de la Plaza Hearst en el Lincoln Center, uno de mis lugares favoritos en Manhattan, o el estanque de los lirios en Brooklyn College, otro de mis lugares favoritos.
Me doy cuenta de que siempre ando en busca del agua, sea en ambientes naturales o artificiales. Lagos y estanques: en ellos encuentro belleza, gozo e incluso el Bien, como en mi crónica de esta semana, "El agua y el Bien: Tao Te Ching 8". Sé que esta noche dormiré tranquilo, con sensaciones acuáticas en mis sueños.
![]() |
Reflejos en el estanque de Plaza Hearst, Lincoln Center (Foto: Mr Inky) |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario