Por la mañana nos despierta un delicioso sol matinal. Al elevarse sobre la empinada montaña al este del cauce del río Savegre, Asahi hace el cielo resplandecer como zafiro. Ilumina los verdes claros y oscuros, brillantes y opacos, de la flora en nuestra ribera al oeste del río. Intensifica los tonos celestes, azules, lilas, violetas, morados, púrpuras, escarlatas, rojos, amarillos, anaranjados y blancos de las flores en los jardines: hortensias, geranios, cinco negritos, achiotillos, entre muchas otras. De nuestro lado del cauce, la luz de Asahi todo lo toca.
Subo entonces a una gran roca que sirve de mirador y observo trogones enligados, en bandada, sobrevolando el cauce del río todavía bajo la sombra que proyecta la montaña oriental. Estos pájaros parecen saetas multicolores: púrpura, amarillo, verde y albinegro, pero en matices suaves bajo la sombra. Se lanzan a sí mismas de un árbol a otro en la ribera para posarse en alguna copa frondosa.
Mañana de belleza a sol y sombra.
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