Escuché también al yigüirro del barrio cantar de madrugada. Siempre empieza a cantar pasaditas las 4 am. A veces me encuentró despierto y me arrulló con su canción de cuna; a veces me despertó y me anunció un bello día.
Al irme me quedo sin ver florecer los lirios que despuntan en mi jardín: los sembró mi papá, jardinero fiel. Tampoco veré las flores de la orquídea que ya brotan. ¡Cómo me gustan esas chicas tan atractivas por ser tan raras!
Doy gracias a la Vida, sin embargo, porque en Brooklyn me aguardan los cerezos en flor.
(Orquídea: Hojas y flores despuntando)
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