domingo, 25 de septiembre de 2016

Contrastes de sombras y luces en Lisboa

El único día que estuve en Lisboa antes, fue a principios de un diciembre hace muchos años. Hacía frío, el cielo gris, y una neblina densa cubría la ciudad. Pero no me parecía sombría sino misteriosa la ciudad. El centro era atractivo, parecía un poco decadente pero tenía carácter. Según he sabido ahora, en Lisboa casi siempre brilla el sol. Y por lo que he percibido desde el primer día, ha experimentado un renacimiento urbano, mezcla quizá del ingreso a la Unión Europea y el aumento del turismo. Muchos edificios de los siglos XVIII y XIX lucen renovados, algunos con fachadas coloridas, generalmente amarillas. Y en la ciudad prima la luz. Pero tanto en las frías sombras de ayer como en las cálidas luces de hoy, me ha cautivado.

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