jueves, 15 de septiembre de 2016

De Vigo a Pontevedra en dos conversaciones

A la hora del almuerzo, entre clases, aprovecho para conversar un poco con una amiga de Vigo. Nos ponemos al día. Son muchos años de amistad y en la conversación hay alegría. Doy las clases de la tarde contento y al terminar no voy a nadar sino que me voy directo a Fort Greene. Como rapidito un plato de hummus, baba ganoush y tabule en una sodita griega y me voy directo al Harvey Theather de BAM. Esta noche es la primera función de Phaedra(s), con Isabelle Huppert en el papel principal. Ya sé que va a ser devastador. Pero el destino me tiene una linda sorpresa. Me siento en mi butaca y escucho que las dos mujeres a mi izquierda hablan castellano. Son españolas pero me llama la atención su acento. ¿Será? Decido investigar.

  --¿Ustedes son de España? --les pregunto sin rodeos.
  --Sí, ¿y tú? --me responde la más joven.
  --De Costa Rica, de San José. ¿Y de dónde en España? --, pues es lo que me intriga.
  --De Galicia --responde de nuevo la muchacha. 

"Ajá. Yo sabía", pienso, y me congratulo yo mismo. Sigo:

   --Ah, yo tengo una amiga de Vigo, justamente conversé con ella hoy. 
   --Nosotras somos de Pontevedra. Aunque bueno, yo vivo acá en Brooklyn, mi madre ha venido de visita --me dice de nuevo la chica. Y nos decimos los nombres. --¿Y tú vives aquí?
   --Sí, en Windsor Terrace.
   --Ah sí, yo vivía allí, en la calle 17 con avenida 10.
   --Mira vos, pues yo vivo una cuadra más abajo.

De allí la conversación fluye como río por su cauce. Aunque se ha mudado de casa, aún somos vecinos en Brooklyn. Me cuenta que estudió filología francesa y luego española en Santiago de Compostela, hizo un máster en literatura comparada allí mismo, y luego vino becada a Nueva York para hacer un doctorado. ¿En cuál universidad? Pues justamente en CUNY. Le cuento que estuve en Galicia, justo en Vigo y cercanías, y con mis amigos conocí Santiago (ella estaba allí ese año), las espectaculares islas Cíes, y paseamos hacia el sur por la costa hasta la frontera con Portugal. Entre una cosa y otra me cuenta que además de Santiago a ella le gusta mucho Vigo, aunque en realidad hay rivalidad con Pontevedra. 

    --¿En serio? --le pregunto. --Yo no sabía. Quizá porque mi amiga tiene mucho vínculo con Pontevedra también.
    --Sí, hasta en el fútbol. Los equipos se odian, aunque la verdad es que nosotros nos existimos, pero igual.

Y por ahí vamos conversando, hasta que inicia la función. Ella y su madre tienen un desacuerdo sobre el talento de Isabelle Huppert. Pero la interpretación de Fedra es avasalladora. Durante el intervalo me dice que ya no hay duda, la discusión se ha dirimido y Huppert es gran actriz. 

Al final nos despedimos con buena vibra. Y yo pienso que del almuerzo a la cena, salí navegando por la Ria de Vigo, rodeé las islas Cíes, entré a la Ria de Pontevedra y desembarqué.

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