domingo, 24 de diciembre de 2017

Crónica: La Luna y el Cristo Redentor

Comparto mi última crónica urbana en ViceVersa de este año: La Luna y el Cristo Redentor.  Un esbozo ya había aparecido en estos Apuntes y Postales. Pero acompaño la crónica de una foto del Cristo Redentor que tomé el año pasado, desde el mismo apartamento en que acontece la escena de la crónica, pero al amanecer. En la foto se observa bien la silueta de la mujer-montaña. 

Escribo esto desde La Libélula, en Lagunillas de Tárcoles, Garabito, Puntarenas. Al atardecer apareció un cachito de Luna que sencolgó un rato del cielo nocturno. Ya se acostó y ahora aguardo a la Cruz del Sur. ¡Abrazo, gente querida!

El Cristo y la mujer-montaña al amanecer

viernes, 22 de diciembre de 2017

Cruz de madrugada

Después de la fiestica, salí a mi jardín de madrugada y la busqué en el cielo. Allí estaba, en dirección sur-suroeste, enorme y nítida. Desde que llegué a San José, anduve buscándola en el cielo nocturno pero no la encontraba. En esta época, resulta, la Cruz del Sur aparece ya de madrugada en el cielo josefino. Me alegró verla. Me sentí un poco más en casa. Habiéndola saludado, dormí complacido. Y ya llega la hora de irme a la bajura y verla desde Tárcoles, donde siempre ilumina mis noches.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Esta Vida rica

Hoy reflexioné sobre el último par de años, desde que salí de Brooklyn en diciembre del 2015 para regresar a Costa Rica, revincularme con mi tierra y mi gente, y luego regresar a Brooklyn en agosto del 2016. Para entonces había concluido que la vida que me gusta es peripatética. Recordé dos momentos importantes en ese proceso. En febrero del 2016 escribí: "Estoy donde quiero estar". Y en agosto de este 2017 escribí: "La vida que yo quiero es esta que ya tengo". 

Recordé esos dos momentos porque volví a experimentar esas sensaciones hoy. Estaba sentado en mi escritorio leyendo los trabajos finales de mis alumnxs. Los ensayos de mis estudiantes del curso de filosofía americana me complacían bastante por su calidad. Por ratos, para distraerme y descansar la vista, miraba desde mi rinconcito de trabajo hacia mi jardín. Contemplaba los geranios, las plantas y el rosal con sus flores magenta. El sol me acariciaba los pies. Maya me visitaba por momentos y me miraba con sus ojitos pedigüeños de caricias. 

Sentí bienestar. Sentí esperanza en el poder del amor para generar y regenerar relaciones íntimas y signficativas. Sentí cosquillas en los pies cuando me caminaron unas hormiguitas por ellos.  Sentí sed y me tomé un agua de pipa (agua de coco) fresca.

Pensé y sentí de nuevo que estoy donde quiero estar y que la vida que yo quiero es esta que ya tengo. Así como está mi Vida, está muy rica.

Maya, en mi jardín, junto a mi rinconcito filosófico-literario

lunes, 18 de diciembre de 2017

Despertar presente en casa

Esta mañana abrí los ojos cuando la claridad tropical ya se filtraba por las persianas e iluminaba mi dormitorio. 

Observé algunos de mis objetos personales: el tejido de algodón que me hizo mi tía Yaya usando una técnica japonesa; el cuadro de un chiquito y una chiquita afrocostarricenses leyendo juntos que me dedicó el artista Adrián Gómez; el dibujo de tres bailarines sufíes que me trajo M de Estambul; el desnudo de una mujer pelirroja de voluptuoso cuerpo verde, amarillo y azul (grabado del artista Gustavo Serrano, inspirado en una puesta en escena de la obra de teatro Yerma de García Lorca, dirigida por Tatiana de la Ossa con actuación de Moy); la balsita artesanal que traje de uno de mis viajes por amor a la Amazonía brasileña; y los caracoles que recogí de una playa del pacífico ecuatoriano. También observé el rinconcito donde escribo.

Mientras observaba mi entorno íntimo me di cuenta de que por primera vez me sentí plenamente presente y en casa desde que aterricé en San José la semana pasada.

Esa es una de las cuestiones con la vida peripatética entre las tres Américas que estoy intentando: a veces viajo tanto y experimento tantos encuentros y desencuentros, saludos y despedidas, en tan corto plazo, que me siento emocional y mentalmente desintegrado y dividido entre tres lugares al mismo tiempo, sin estar enteramente presente en ninguno. Cuando eso sucede, demoro un tiempo en reintegrarme y sentir que estoy entero y presente en el aquí y ahora.

En cuestión de tres semanas viajé de Brooklyn a Río de Janeiro, de allí a Vitoria y de vuelta a Río donde participé de una conferencia, regresé a Nueva York con escala en Panamá, terminé de dar clases en Brooklyn y me vine a Costa Rica. 

En el camino abracé tanta gente querida, conocí tanta gente nueva, conversé tanto, escuché tantos amores y desamores, alegrías y dolores, viví los míos propios, y llegué a la cuna de mi ser a estar con mi familia: Viví tanto, digo, que parte de mi corazón y de mente aún se hallaban en Río de Janeiro, Vitoria y Brooklyn mientras el resto ya estaba en San José.

Esta mañana, sin embargo, me sentí presente en el aquí y ahora. Estar presente es el principio fundamental para disfrutar esta vida peripatética. Si ando dividido, desintegrado y parcialmente ausente, se me complica esta vida. Hay que estar entero, íntegro y completamente presente.

Todo tiene su tiempo y su lugar: este es el momento de hallarme presente en mi casa en San José, compartiendo con la gente que quiere estar conmigo aquí. Ya vendrán otros tiempos para otros lugares y personas.


El rinconcito donde escribo

domingo, 17 de diciembre de 2017

Luz aprendiendo neurociencia

Toco el timbre para alertarla de que he llegado, abro con mis llaves y entro a su casa. Está al fondo de la sala, sentada frente al televisor. Me vuelve a ver, me reconoce, se le ilumina la mirada y me dice:

--Diay Danielito, ¿cómo está? Qué dicha que ya vino.

Me acerco, le doy un beso en la mejilla y un abrazo y me siento a conversar con ella. Sentada en su sillón, estira las piernas y apoya los pies sobre una canasta de mimbre. Se cubre los pies con una frazada de lana. Ha hecho mucho frío por la tarde y ya ha caído la noche, con su gélidos aires decembrinos. Es mejor que se abrigue. 

Viste un vestido negro con estampas albirojas y una suéter blanca. La noto un poquito más canosa pero sus ojos brillan. 

Me cuenta que está leyendo un libro sobre la relación entre los pensamientos, las emociones, la actividad cerebral y las reacciones en los distintos sistemas del organismo. Es un libro de divulgación científica, de neurociencias, que le regaló Mami. Mi abuela Luz está fascinada con lo que ha aprendido.

--No crea, hay partes que tengo que leerlas hasta cuatro veces para entender, pero voy aprendiendo--, puntualiza.

Además, me dice, hay temas que se los explica en cartas a mi primo Leo, quien anda en un retiro espiritual y educativo por un tiempo en el norte del país. Osea, que mi abuela sigue estudiando para compartir lo que aprende.

Yo la veo y me admiro. Ya se va acercando a los noventa años. Siempre le ha gustado leer, sacar apuntes y escribir sus reflexiones y conclusiones para compartirlas con su familia y relaciones cercanas. Antes lo hacía con literatura y textos bíblicos. Pero ahora anda escudriñando las ciencias. Yo le aplaudo.

sábado, 16 de diciembre de 2017

Crónica: Sentir y festejar en Praia Vermelha

Comparto mi crónica de esta semana, Sentir y festejar en Praia Vermelha, publicada en ViceVersa Magazine. Combiné y revisé un poco un par de entradas recientes de mis Apuntes y Postales. Comparto mi propia fotografía, digamos que para darle un toque más personal a esta entrada. 

Ahora, ya en Costa Rica, me voy a ver una película brasileña, As duas Irenes, como parte del Festival Internacional de Cine de Costa Rica.  Até logo, gente linda.

Pão de Açucar, Praia Vermelha y Bahía de Guanabara

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Samba de la bienvenida

Al sobrevolar las filas de montañas y el verde valle que son cuna de mi ser, decidí que esta vez quería escuchar un samba para aterrizar. No un samba triste, sino uno alegre. 

Escogí O Sol Nascerá (A Sorrir) de Cartola, el samba favorito de Analúcia, una paulista con alma de carioca, sonriente y dulce, cuyo nombre invocaba luz, a quien conocí en una época en que ella buscaba alegría y yo podía compartirla. 

A sorrir
Eu pretendo levar a vida
Pois chorando
Eu vi a mocidade
Perdida


Finda a tempestade
O sol nascerá
Finda esta saudade
Hei de ter outro alguém para amar.

En un mismo corazón caben desamor y esperanza, desilusión y agradecimiento, perdón y amor, tristeza y alegría, como la alegría saudadosa de este samba.

Lo escuché en mis audífonos mientras miraba la luz del sol de media tarde dorar el verde del paisaje.

Aterrizamos, salí del aeropuerto, recibí el abrazo cariñoso de Pa y Ma, y con ese samba latiendo en mi corazón, dejé que el sol naciera en mi corazón y que su luz tropical iluminara mi alma.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Samba de la despedida

Ha sido un hermoso y melancólico día de invierno. La oblicua luz del sol iluminaba un campus universitario que me parecía ya vacío.

Terminé de dar los cursos del semestre y me despedí de mis alumnxs. 

Le dije hasta pronto al estanque de lirios acuáticos, ya cubierto por una fina capa de hielo. 

Y me fui.

Ya en mi barrio, cené con Niall, Clare y Elysia para despedirme. Niall, mi hermano brooklyniano, andaba enfermo pero igual vino a encontrarme. Ese gesto y la compañía de C y E me rescataron de un posible naufragio afectivo. Compartiendo comida beduina nos festejamos y nos deseamos felices fiestas. Después cada uno tomó su rumbo.

Ya en mi cuevita, terminé de empacar. Conversé con mis plantas suculentas, deseándoles felices fiestas también. 

Y ahora escucho este samba en la voz de Maria Rita:

Antes de me despedir
Deixo ao sambista mais novo
O meu pedido final:


Não deixe o samba morrer
Não deixe o samba acabar
O morro foi feito de samba
De Samba, prá gente sambar...


No dejés al samba morir. Ni al forró. Ni a la cumbia. Ni al merengue. Ni a la salsa.  Ni al bolero.

Aunque tu corazón desfallezca y te decepcionés de vos mismo, no dejés al samba morir.



domingo, 10 de diciembre de 2017

Crónica: La cumpleañera de Ipanema

Sigo trabajando en silencio. No tengo ganas de hablar. Al menos el cielo se ha despejado y el reflejo de los rayos de sol en la nieve inunda mi cuevita de luminosidad. Comparto, mientras tanto, esta crónica urbana, La cumpleañera de Ipanema. En cada lugar hay personas con historias enriquecedoras. Y cada persona tiene historias para enriquecernos.

sábado, 2 de diciembre de 2017

Saidera en Santa Teresa

Saidera quiere decir el "zarpe", es decir, el último trago antes de irse. 

Junto con Prí, mi colega carioca, bebí una Bohemia acompañada de aipim frito (yuca frita, yo la conocía como mandioca o macaxeira en portugués) en Santa Teresa, barrio bohemio engarzado en los cerros de tal forma que ofrece vistas espectaculares. El aire frío y la neblina le daban un aire serrano al barrio. Nos tomamos una segunda Bohemia, la verdadera saidera y nos despedimos alegres.


Ya en casa, en Botafogo, vi el Cristo en la cima del Corcovado y una luna enorme sobre la cadera de la montaña con silueta de mujer. Me despedí agradecido. Hasta pronto.

Festejar en Praia Vermelha

Apenas acaba el congreso, nos vamos a celebrar. Decidimos hacer nuestro banquete a la orilla de la playa. 

En vez de Diotima, Sócrates, Aristófanes y demás, llegamos a este banquete filósofxs de todo el Brasil y uno de Tiquicia. Y no estamos en Atenas sino en Praia Vermelha, una playita linda y escondida de Botafogo. 

La noche está sabrosa y tibia, la brisa fresca, el romper de las olas suave y constante, la arena amarilla aún conserva el calorcito del día. Brillan las estrellas. Un cerro de roca maciza me impide ver la Cruz del Sur, pero sé que allí está. 

Primero nos sentamos en la terraza de un restaurante, bajo un enorme almendro de amplias ramas, a comer una pizza de palmito y beber una cerveza Original.

Luego salimos a la playa. A un vendedor ambulante le compramos latas de cerveza Antártica y nos ponemos a conversar. Para mí alegría, estoy con filósofxs que no hablan de teoría abstracta sino que analizan su Brasil, nuestra Latinoamérica - nuestra cultura, nuestros desafíos. 

Cantamos "Aquarelas do Brasil" abrazados. Me sorprende saber casi todos los versos. Luego, de manera más contestataria, escuchamos la interpretación de Elis Regina de "Querelas do Brasil" mientras, ya de madrugada, continúa el romper de olas y el fulgir de estrellas. 




jueves, 30 de noviembre de 2017

Sentir en Praia Vermelha

Durante uno de los intervalos del congreso sobre filosofía y género en la Unirio, salgo del campus y camino hasta la cercana Praia Vermelha. Es una playita pequeña y tranquila incrustada entre cerros de piedra maciza. En una de las puntas que delimita la playa se eleva el imponente cerro del Pão de Açucar rodeado de bosque en sus laderas bajas. En la punta opuesta. pescadores se paran en las rocas a lanzar sus cuerdas y anzuelos. Al frente se observa la entrada de la bahía de Guanabara. La arena es amarillenta. El agua es esmeralda cuando el cielo se despeja y plateado cuando las nubes predominan. Se escucha el suave romper de olas, el aleteo de aves al levantar vuelo y el viento. Huele a sal, a mar, a vida aventurera de errantes pájaros marinos. El viento es fresco y se me eriza un poco la piel. Miro, escucho, huelo, siento. Dejo de pensar un rato y vivo. 

Crónica: Caminata por el Jardín Botánico de Río

La caminata por el Jardín Botánico que relato en está crónica la hice en mi visita anterior a Río de Janeiro. Aproveché para narrarla ahora en ViceVersa. Sin embargo, el punto de la crónica aún vale: me gustan los cantantes anónimos y las poetisas secretas. Éstas escriben en el silencio de su intimidad. Cuando te muestran un verso, una oración suya escrita a mano en su cuaderno, te muestran su alma, su ser, su corazón de poetisa. Es un regalo invaluable y precioso que siempre debés agradecer y atesorar.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Flamengo - Santos en un boteco de Botafogo

Ayer aterricé en la maravillosa Río de Janeiro al final de la tarde. Tras instalarme en mi apartamento en Botafogo, salí con toda la intención de hacer compras en el supermercado para poder cocinar esta semana. Pero cuando llegué al mercado, ya había cerrado.

En cambio, en mi boteco (cantina de barrio) favorito en Botafogo, Aguia dos Andes, había ambiente futbolero. La torcida local del Flamengo se había reunido para ver por televisión el partido de fútbol Flamengo - Santos. El club Flamengo es de Río de Janeiro, el Santos es paulista y yo soy torcedor santista. Si el Santos empataba en cancha del Flamengo, "clasificábamos" a la Copa Libertadores.

Entonces, naturalmente, me olvidé de buscar otro supermercado y escogí una mesita discreta para ver el partido en mi boteco. Silenciosamente procedí a torcer por el Santos mientras bebía una cerveza Bohemia (mi favorita en Brasil, una pilsen) acompañada de bolinhos de bacalhau - una boquita de bacalao que seguro los brasileños heredaron de los portugueses.

Tranquilito me quedé viendo el partido. Y vaya alegría: aunque el Flamengo nos bailó, se dedicó a botar goles, y el Santos, que sólo hizo dos remates a marco, ganó 1 - 2. Pobres flamenguistas del barrio, estaban desesperados. 

Yo, en silencio, sonreía, en parte por el fútbol pero principalmente porque me sentía feliz en este ambiente carioca y dominguero. En Botafogo me siento en casa.

domingo, 26 de noviembre de 2017

Café espresso y amigable

Renato, mi amigazo, se ha comprado una maquinita de hacer café espresso y cappuccino. Yo viajé a Vitória con cafecito Triángulo de Oro, de allá, de Calle Blancos. Desde que llegué y le entregué el café, Renato se esmeró en hacer un buen espresso para mí y un buen cappuccino para él mismo varias veces al día. 

Generalmente yo estaba distraído, conversando con Franci, Lucas o algún amigo de visita en casa de ellos. Pero esta mañana cuando me levanté, Fran y Lucas aún dormían y Renato leía epistemología en el sofá. Le di el "bom dia" y él me preguntó si quería un café, pues estaba esperándome para que lo tomáramos juntos. Le dije que sí.

Se alegró y procedió. Me di cuenta que para él es un ritual preparar el espresso. Es un cuidado que me ofrece. Limpia la máquina, prepara el agua, la leche, el café en polvo. Coloca todo en su lugar. Se esmera en cada detalle. Primero aprovecha el vapor para espumar la leche. Coloca la espuma en su taza. Luego coloca ambas tazas en la máquina y hace el espresso. El mío queda puro. El suyo, como cappuccino. Añade un poquito más de espuma y listo. 

Me sirve mi taza, se sirve la suya y tomamos el café juntos, hablando de filosofía viva y de vida filosófica.

Con ese detalle y muchos otros cuidados de Fran y Lucas, me despedí hoy. Al despegar el avión, observé las islas, la costa, el estero, las desembocaduras de los ríos y las ciudades de Vitória y Vila Velha. He regresado a Río de Janeiro, dejando otra vez un pedacito de corazón guardado con mis amigos. Sé que cuidarán ese pedacito como si fuera todo mi corazón.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Moqueca capixaba en la Ilha das Caieiras

Mis amigos Renato, Franci y Lucas continúan mimándome. Ayer lloviznó todo el día por lo que estuvimos tomando café y comiendo y conversando con sus amigos toda la tarde y noche. Fue un típico día de brasileños que se sientan a conversar con calma hasta que se acaben el café, la cerveza y las ganas. 

Hoy me llevaron a almorzar moqueca caipixaba en la Ilha das Caieras, una de las islas en las cercanías de Vitória. El restaurante quedaba junto al atracadero de pangas y lanchas de pescadores. Atravesando el amplio estero se veía un manglar. El sol fulgía fuertememente pero  del estero nos llegaba una deliciosa brisa con fuerte olor a mar.

La moqueca es un cocido de pescado y mariscos servihierrocaldo en olla de hierro. La versión bahiana se sirve en un caldo con leche de coco y aceite de dendê. La moqueca capixaba (capixabas son los lugareños de Vitória) se coce en un caldo de tomate. La nuestra hoy fue de abadejo y camarones en ese caldo. 

A pesar del calor, la comí com ganas y gusto. ¡Qué delicia! Compartimos una moqueca para cuatro y arrasamos con todo. Ni el pirão (harina de mandioca cocinada en el caldo de pescado) sobró.

Yo recordé una marísquería en el estero de Mata Limón en Costa Rica. También se come rico con olor a mar.

Hoy, saboreando la moqueca, respirando aires atlánticos y contemplando el estero, me sentí acogido y en familia. Me hace bien.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Cumpleaños

Hoy cumple años mi Jardinero Fiel, quien cuida de mis orquídeas y rosales y enredaderas allá en San José. Gracias. Y desde Vitória, mirando al Atlántico: ¡Felicidades!

jueves, 23 de noviembre de 2017

Dar gracias

Hoy es Día de Acción de Gracias en los Estados Unidos. Me tocó este año volar de Río de Janeiro a Vitória para visitar a mis amigos Renato, Franci y Lucas. Aunque en Brasil no es feriado tuve la bendicióm de reunirme con estos amigos queridos y gozar de su hospitalidad. Franci incluso hizo tapioca en la sartén con su mano brasileña. Le quedó crocante y fresca a la vez. Le di las gracias. Y di gracias a la Vida por mi familia y mis amigos en todo el mundo. Soy rico en amistades. Gracias.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Dorados ríos amazónicos

Hace tiempo quiero visitar Colombia. Hay gente querida que quisiera ver. Ayer al menos la vi desde el aire. En el trayecto de Panamá a Río de Janeiro la sobrevolamos.

Me deleitaron las filas de montañas verdeazuladas de la cordillera, sus cumbres semicubiertas de nubes, al suroeste de Bogotá. 

Me alegré pensando en mi gente amada en sus valles.

Y me embelesaron los ríos amazónicos serpenteando entre la oscurísima selva. El sol se ponía y los ríos se teñían de dorado y naranja como el cielo. 

Nunca olvidaré la vista de esos ríos dorados. Me sugieren nuestro origen y nuestro destino en un TODO apacible, fluído y resplandeciente. Son ahora parte de mi ser.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Crónica: Risas de alegría en el tren F

Con el frío invernal, llegan al metro escenas como la de esta crónica urbana: Risas de alegría en el tren F. A mí me enternecen mucho las escenas de padres e hijas. Desde hace muchos años ha sido así.

Photo Credits: Ed Schipul ©

jueves, 16 de noviembre de 2017

Sentirme amado

Hoy conversé con estudiantes, colegas, amigos y amigas sobre mi libro, Loving Immigrants in America. El conversatorio nos llevó a compartir experiencias no solamente de inmigrantes, sino de migrantes, viajeros y personas en transición. Es decir, experiencias humanas. Y antes, durante y después del evento recibí cuidados y cariños tan especiales, tan generosos, tan significativos para mí, que hoy me siento amado. Delicioso sentimiento.


miércoles, 15 de noviembre de 2017

Una esperanza que no se fuga

Por formación y sensibilidad siempre me ha gustado la antigua poesía hebrea. Aunque hay esperanzas que se fugan, estos versos expresan una esperanza que no se me ha fugado:

  Será como la luz matinal,
  como el resplandor del sol
  en una mañana sin nubes,
  como la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra.

  Por eso mi casa está firme en el Amor
  (...)
  aunque todavía no haya hecho florecer
  toda mi salvación y mi deseo.


Ayer escribí la elegía a una esperanza, pero hoy el sol resplandecía en una mañana sin nubes, el invierno besaba mi piel con su aliento fresco y recordé estos versos que me han sustentado y fortalecido por tantos años. Siempre me han sustentado en silencio porque nunca he contado esta esperanza que ahora escribo.

Cielo matinal

martes, 14 de noviembre de 2017

Cuando se te fuga una esperanza

Hay esperanzas que llevás muy adentro, en un rincón profundo del corazón. Tan profundo que a veces pensás que ya no están ahí, hasta que vuelven a aflorar y te sorprenden. Pero a veces llega, para alguna de esas esperanzas, el momento de fugarse. Sentís que se te va. Y se va. Disimulás, talvez, pero por dentro te das cuenta. Mejor soltala, entonces. Que se vaya libre donde prefiera estar.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Tranquilidad dominguera entre boricuas

Llegué a la hora del brunch a casa de mis amigos puertorriqueños, C la fotógrafa y R el DJ Tres Dos. Comenzamos con panqueques con yogurt y frutas rojas acompañados de café espresso. Hicimos una breve pausa bien tertuliada y continuamos con aceitunas y queso manchego. Luego salió el baguette tostado con mantequilla y anchovas. Ellos acompañaron la picadita con vinito tinto. Yo con más café, pues se suponía que debía regresar a casa a calificar ensayos. 

Y sin embargo la música en el tocadiscos - cumbias colombianas, folclore chileno, percusión árabe - me animaba y la conversación con mis amigos me interesaba tanto, que se me fue todo el domingo allí en su casa. Cuando salí, ya oscurecía. 

Me sentí alegre: llegué a comer brunch a casa de unos amigos boricuas y terminé quedándome todo el día. 

La experiencia me recordó mis primeros domingos en São Paulo, hace doce años. Yo recién llegaba de Gringolandia, donde generalmente cuando te invitan a alguna reunión o fiesta, de una vez te dicen a qué hora se acaba, para que no se te ocurra quedarte más. Pero en São Paulo mis amigos - Gelio, Alex, Flávia, Moranguinho y compañía - se encontraban los domingos para almorzar. Sabías a qué hora empezaba el ágape pero nunca a qué hora, ni dónde, terminaría la tertulia. ¡Me sentía tan libre y relajado!

Ayer, con mis boricuas, reviví aquella tranquilidad dominguera.

Tocadiscos Tres Dos regalándonos alegría colombiana

domingo, 12 de noviembre de 2017

Pan en la puerta de casa al amanecer

Cuando desperté esta mañana, el cielo ya brillaba azul. Me levanté y al querer desayunar caí en cuenta de que amanecí sin pan en mi cuevita. Afuera la temperatura estaba bajo cero centígrados. Recordé entonces que cuando era chiquito allá en el barrio en San José, el panadero pasaba todas las madrugadas dejando, en la puerta de nuestra casa, el pan fresco para el desayuno. ¡Qué nostalgia! Vi además mi teléfono y había recibido una foto que tomó Mami del amanecer en La Libélula, allá en nuestro Tárcoles tropical. ¡Más nostalgia! Pero me sobrepuse, me abrigué y salí al frío invernal, bajo cielo límpido, a compar el pan para tomar café.

Fotografía: LBQ

sábado, 11 de noviembre de 2017

Peregrinos

Sin pedir permiso llegó el invierno con su aliento gélido. Y llegó justamente hoy, cuando despedí a una chama querida, como para sentir más el frío del adiós. 

En todos estos años de andares por el mundo, he despedido a tantos amigos, y tantos me han despedido a mí, que uno pensaría que se puede acostumbrar. Pero no. En cada despedida, el amigo, la amiga, la persona amada, se lleva un pedazo mío. Y yo me dejo un pedazo de él, de ella. 

Somos peregrinos en este mundo de encuentros y despedidas. Nuestro bordón es el amor. Nuestra esclavina es la amistad.

¡Que andés siempre con bien! ¡Salud!

viernes, 10 de noviembre de 2017

Crónica: Por la ribera del Hudson

Esta mañana al despertar me quedé muy quieto y callado viendo al mundo a través de mi ventana. 

Las ramas del plátano de sombra danzaban en el viento y sus hojas amarillentas se estremecían. En el fondo, el azul brillante del cielo intensificaba el efecto claroscuro de las hojas al temblar. 

Yo necesitaba un momento de paz. De quedarme muy quieto y en silencio y sentir. Todavía me duele la frontera texano-mexicana como una herida abierta y sangrante. Y acá en Brooklyn me revolotean en el corazón sentimientos muy intensos que necesitan encontrar su expresión más natural e integral en cuerpo, corazón y alma. 

Por ello, decidí quedarme quieto un ratico esta mañana antes de lanzarme al ajetreo - quedarme quieto y buscar lo simple e integral como en esta crónica: Por la ribera del Hudson. Dice Anto que es mi mejor crónica hasta el momento. En todo caso, expresa una búsqueda sincera y constante, que se renueva cada día.

Photo Credits: Marketa ©

lunes, 6 de noviembre de 2017

Crónica: La chica inquieta

Vengo llegando a Brooklyn de la frontera entre Tamaulipas, México, y Texas, México, digo, Texas, Estados Unidos. (Texas es un estado anexado violentamente por los Yunáited Estéits of América). 

Por eso me demoré en compartir esta crónica, La chica inquieta, justamente sobre una amiga texana de corazón apasionado. 

La vida nunca resulta ser como te la imaginás. Te dicen que es de una forma, o te lo imaginás vos mismo sin que te lo digan, pero resulta de otra. Darse cuenta, entenderlo y aceptarlo duele. Y sin embargo, el corazón humano es fuerte y valiente. Encara la adversidad y sigue. Y siempre es posible arrancarle alegría a la vida. ¡Salud, amiga inquieta y sonriente!

Photo Credits: Elvira Nimmee ©

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Despedida imposible junto al lago

Hace unos días leí el poema "Impossível Despedida" de Mia Couto y tuve que salir de casa. Bajé a pie de mi cuevita hasta la orilla del lago Prospect, donde he vivido encuentros y desencuentros, reencuentros y despedidas imposibles. 

Contemplando el lago repasé los versos que acababa de memorizar:

  Neste mundo 
  de amores tão escassos,
  o que posso fazer senão amar,
  amar o pouco,
  amar o que ainda é sonho
  amar até o medo de não mais amar?

Traducido a la otra lengua de mi corazón, la primera, dice:

  En este mundo
  de amores tan escasos,
  ¿qué puedo hacer sino amar,
  amar lo poco,
  amar lo que todavía es sueño,
  amar hasta el miedo de no amar más?

Yo también he escogido amar lo mucho y lo poco, lo tangible y lo que todavía no es más que un sueño.

Mientras pensaba en esto, vi a un cisne nadar por el lago, alejándose de mí sin despedirse. Fue un desencuentro momentáneo. Otro día nadará hacia mí y nos encontraremos. Al menos, amo ese sueño.

martes, 31 de octubre de 2017

Japi Jalogüín

La alegría de los chiquitos vestidos de monstruos o superhéroes y las chiquitas vestidas de heroínas o brujas invadió mi barrio hoy. Caminaban por las aceras para recolectar confites y chocolates en sus calabazas plásticas. Sonreían.

Em Prospect Park West observé a una niñita rubia de tres años, vestida de Mujer Maravilla. La chiquita no entendía muy bien la dinámica y le decía "Thank you!" a todo el mundo, aunque no le dieran dulces. "Thank you! Thank you! Thank you!" pasó diciendo a mi lado, calabacita en mano, mientras su papá se reía. 

Recordé una foto que me enternece mucho, de una chavita de unos cuatro o cinco años maquillada de gatita (¿o ratoncita?), con bigotitos negros y nariz roja, cargando su calabacita en la mano izquierda.

Me acordé también del ángel que me cuidó cuando yo no podía caminar. Halloween es su fiesta favorita. Le mandé un texto con dos palabras: "Japi Jalogüín". Ella entiende. Hay agradecimientos que siempre llevaré en el corazón.

Vecinos de Windsor Terrace, Brooklyn

domingo, 29 de octubre de 2017

Agradecer la tormenta

A pesar de la tormenta fui nadar. Cuando anocheció parecía que cejaba un poco la lluvia y decidí ir a la piscina. Me sentí liviano en el agua y luego me relajé con baño de vapor. Pero al salir del YMCA el aguacero había arreciado y el viento soplaba fuerte, desprendiendo hojas de los árboles y causando una lluvia casi horizontal. Me empapé más caminando de regreso a casa que en la piscina. 

Y sin embargo agradecí la tormenta: el viento en la cara, las gotas de lluvia en la piel. Estoy vivo y puedo sentir, como sentí, en días recientes, el sol en mi piel y presencié el esplendor incendiario del otoño neoyorquino. 

La experiencia me recuerda, además, que he pasado rudas tormentas pero siempre ha llegado la calma de nuevo, como plácida tarde otoñal.


sábado, 28 de octubre de 2017

Crónica: El mejor café

Esta mañana me tomé la última taza del mejor café de Dota, al menos por ahora. Se me acabó el Reserva Especial de CoopeDota. Por lo pronto, disfrutaré del café Triángulo de Oro, tostado en mi distrito josefino de Calle Blancos. En diciembre espero regresar a Costa Rica y tomar con mi gente aromáticas tazas de café negro, como en está crónica urbana.

Photo Credits: Basheer Tome ©

sábado, 21 de octubre de 2017

Un poco de calma

Han sido muchas semanas difíciles para mi gente: huracanes en Houston, Florida y el Caribe, terremotos en México, tormenta tropical en Costa Rica y Nicaragua. A principios de esta semana, para rematar, me escribió la Divina desde Vigo contándome sobre los terribles incendios forestales en Galicia y Portugal. Ella estaba en casa encerrada por el humarascal que agobiaba a Vigo. Y el mismo huracán Ofelia que azuzaba los incendios forestales con sus vientos, luego azotó el oeste de Irlanda, donde tengo gente muy querida en Cork, Crosshaven y Bandon, familia y vecinos de los Connolly.

Gracias a la Vida toda mi gente amada está a salvo en todos lados. Pero ya se necesita un poco de calma. 

Este fin de semana, parece, ha llegado esa calma. Ayer mi Jardinero Fiel me escribió desde San José. Me contó que en mi jardín florecen rosas amarillas y ya despuntan más botones. La orquídea ha brotado una nueva rama con múltiples botones. Pronto florecerán mis chicas raras y salvajes, como me gustan a mí. Y en la enredadera se han abierto varias pasifloras rojas.

Y hoy acá, en Brooklyn, hace un día de otoño bellísimo: cielo límpido, sol radiante, aire fresco. Ahora escribo y dentro de un rato iré a disfrutar una jarra de cerveza con Niall en la terraza del Adirondack, un bar aquí en nuestro barrio. Poco más.

Bienvenida la calma. ¡Salud!

Orquídea fotografiada por mi Jardinero Fiel

viernes, 20 de octubre de 2017

Crónica bien bailada

He estado trabajando demasiado. Me vendría bien otra bailadita con Yotoco, como en esta crónica. Por el momento, me complazco en compartir la vivencia aquí. Comparto además el video del hermoso bolero, "La hiedra", que cito en la crónica. Este verso es genial: “Yo sé que estás ligada a mí, más fuerte que la hiedra, porque tus ojos de mis ojos no pueden separarse jamás”.



lunes, 16 de octubre de 2017

Un detalle fraterno

Hace ya diez noches fui a Union Hall a escuchar el concierto de lanzamiento del nuevo cd de mi amigo Niall Connolly, titulado Dream Your Way Out of This OneEstuvo buena la noche con mis amigos, quienes constituyen mi familia irlandesa-brooklyniana: Clare, Jen, Brenda, el Greg de Brenda, Sara, el Greg de Sara, y demás tías, primos y afines. Y Niall con su banda, recién regresados de la gira por Irlanda, andaban excepcionalmente afinados y coordinados. Canté y brinqué a gusto. Al final, al despedirnos, Niall y yo nos dimos un abrazo fraterno tan emotivo que él, contentísimo por la música, el público y la cerveza, me dio un beso en la mejilla. A mí me dio risa y me pareció tierno. Me alegré por él y por mí, por tener un hermano al cual celebrarle sus éxitos. Me lo trajo la vida, de Cork a Brooklyn.


Cover art by Clare McCarthy

domingo, 15 de octubre de 2017

Salir a buscar a mi luna

Otra vez se me llenaron corazón y cuerpo de amor. Hora de salir a caminar al parque y buscar la compañía de la luna, como canta Ladama:

  La luna es mi hombro
  Y en la noche
  Ella es mi confidente.

viernes, 13 de octubre de 2017

Crónica: Inmigración y filosofía

Esta crónica no la escribí yo sino la Redacción de la revista ViceVersa. Es una reseña de mi libro, Loving Immigrants in America. Acá en mis Apuntes y Postales lo he mencionado pero no he compartido casi nada sobre su contenido pues lo escribí en inglés. Sin embargo, esta reseña en español puede llenar un poco ese vacío y servir de puente entre las dos lenguas. 

Uno de mis grandes desafíos en todos estos años viviendo en "la Yunai" ha sido escribir tanto en inglés como en español. Hubo una época en que casi sólo escribía en inglés. Luego me rebelé y sólo quería escribir en español. Luego intenté dividirme: filosofía en inglés, poesía y crónicas en español. Pero la verdad es que no es posible dividirse así. Hay cosas que quiero escribirlas en inglés, sea filosofía o literatura. Y hay otras que quiero escribirlas en español, sea literatura o filosofía. Y a veces lo intento en portugués - uno o dos versos, simples, privados, pero versos al fin.

En todo caso, comparto aquí la crónica - Inmigración y filosofía: Loving Immigrants in America. ¡Salud!

jueves, 12 de octubre de 2017

Luz: Malena Muyala

Después de nadar anoche, mientras caminaba de regreso y atravesaba el parque Prospect, escuché por primera vez la canción "Luz" de Malena Muyala, acompañada en esta interpretación por Charo Bogarín. La letra me gustó tanto que la escuché varias veces mientras caminaba. 

Las letras de Malena son siempre poemas, pero generalmente son tristes, melancólicas, incluso trágicas. Esta letra sin embargo me pasó una sensación de esperanza, de luz suave como la luz de la luna menguante pero aún brillante que me acompañaba. Esperanza de enamorados, sin duda, que a veces es simple ilusión, pero esperanza deliciosa cuando la sentís de verdad. Atenti pebeta a estos versos: 

    Veo venir...
    el destello enamorado
    de unos ojos que delatan
    que algo queda por decir.

Qué delicioso es cuando te cruzás con una mirada así. Aunque las palabras no se enuncien allí mismo, la mirada ya lo ha dicho todo.




miércoles, 11 de octubre de 2017

Crónica: Los tendederos de Lisboa

Ya que vengo tocando temas portugueses por la poesía de Mia Couto que me presentó Asahi-san, llega a tiempo esta nueva crónica urbana - Los tendederos de Lisboa: Walking Around. Se gestó hace un año y la ensayé primero en estos Apuntes y Postales. Pero la revisé un poco para honrar a mi Sol matinal y ya está ahí, para el público. Esta semana, además, me encantó la imagen que escogió la directora de arte de ViceVersa Magazine para ilustrar mi crónica. 

Justamente ahora venía regresando de una excelente sesión de natación e hice una deliciosa caminata por el parque mientras me acompañaba la luna menguante. Pensaba: "Hoy todo me salió bien". Yéndome a dormir con esta imagen en mente y el recuerdo de Lisboa y mis personas amadas allá en el corazón, más feliz me siento.

Imagen por Guy Moll



domingo, 8 de octubre de 2017

Armar una cómoda

Me pasé toda la tarde armando mi nueva cómoda. Puede parecer algo banal y sin embargo me hizo muy bien como metáfora.

Aunque no era una labor de ingeniería avanzada, ¡ni siquiera introductoria!, sí requería prestar bastante atención a las instrucciones y todas las partes. Mientras me mantuve concentrado en mis acciones y enfocado en las instrucciones, no cometí errores. Cuando me puse a pensar en otras cosas, los cometí y tuve que desarmar y rearmar partes. Tuve suerte: ningún error fue irreparable. 

Además, armar la cómoda me permitió guardar ropas que andaban sueltas, sin su propio lugar. Esto me llevó a limpiar el armario, sacar chunches y escoger ropa para donar. Mañana me permitirá reorganizar aún más el espacio en mi apartamento. 

En fin, pude poner orden. Eso me hizo bien. Fue Anto, en esta entrada de su blog, quien me enseñó explícitamente la importancia psicológica y anímica de ordenar. Viajo mucho y cuando estoy en Brooklyn estoy siempre trabajando o buscando vida social. Me vino bien ponerle atención a mi casa.  

Además mi cuevita es pequeña pero acogedora. Y tengo ganas de acoger en ella.

sábado, 7 de octubre de 2017

Ordenar y nadar

Hoy Costa Rica y Nicaragua amanecieron golpeadas e intentando ordenarse, reorientarse, después de las lluvias torrenciales, inundaciones, deslizamientos y demás destrucción causada por la tormenta tropical Nate. 

Por la tarde, la selección de fútbol de Costa Rica jugó horrible, empató de último minuto y clasificó al campeonato mundial de fútbol del año entrante en Rusia. En Tiquicia hay gente en albergues, gente aún desaparecida y gente festejando en la Fuente de la Hispanidad. Yo ando medio desorientado al respecto, como sin saber si alegrarme o guardar silencio. Lo que me nace es guardar silencio. Pero el tico es alegre, fiestero. Escucho y observo todo de lejos y me parece surreal.

Incluso yo tuve una semana de contrastes. Mientras celebraba tener en mis manos la copia impresa de mi libro, Loving Immigrants in America, y disfrutaba de una charla literaria, una muestra de fotografía de mi amiga Carla, un documental sobre Chavela Vargas, conversaciones con una chama muy creativa e intensa, un concierto de Niall y varias caminatas de madrugada por el parque bajo luz de luna, en Costa Rica y Nicaragua llovía y las aguas crecían y mucha gente salía evacuada de las zonas de inundaciones y peligro de derrumbes y otras perdían la vida o desaparecían.

Así que hoy necesitaba un día para ordenar y equilibrar lo que pudiera. No puedo estar en Centroamérica, entre mi gente, colaborando. 

Entonces al menos ordené mi casa, limpié a fondo y reorganicé el uso del espacio. Por la noche fui a nadar, ofreciéndome ese cuidado a mí mismo, a mi cuerpo-mente, porque me lo pedía. Nadé suave, con movimientos económicos y precisos, maximizando los centímetros por brazada y patada, como una forma de ser parsimonioso. 

Y ahora estoy en casa en silencio. Voy a poner música de Ladama y seguir armando mi nueva cómoda. Quiero tener espacio para guardar mi ropa en orden, la que realmente uso, donar la que sirva aunque yo no la use y deshacerme de todo lo que sobre. Quiero simplificar.

Siento que si pongo orden aquí en mi casa, algo de orden pongo en el cosmos, aunque no pueda ponerlo en mis queridas Costa Rica, Nicaragua, Puerto Rico y México.


Volver de madrugada

Estoy acá pensando. Anoche decidí ir de última hora a ver la última tanda del documental Chavela en el Film Forum. Una cosa me llevó a la otra y terminé caminando por el parque Prospect de madrugada, escuchando las interpretaciones de Chavela en mi mente. Me impactó esta versión documental de la vida de la cantante tico-mexicana, sobre todo su actitud desafiante y decidida ante la vida. Tanto me impactó que terminé pensando que me encanta su interpretación de "Volver", pero no para cantársela yo a nadie ("no mames", diría Jahel), sino para que me la canten a mí.

Hoy salí de nuevo a escuchar a Niall y su banda. Ese es otro cuento. Pero estoy acá pensando: ¿por qué me gusta tanto caminar de madrugada por Brooklyn, bajo la luz de la luna, al final de una noche que sorprende? Porque la noche sorprende. Es una delicia. ¿Por qué me gusta tanto? Yo no lo sé, pero así soy. Me gusta la madrugada. Trae lo inusitado.


sábado, 30 de septiembre de 2017

Otoño: el mejor café hay que tomárselo ya

Hoy ha sido el primer sábado verdaderamente otoñal. Aire fresco. Viento heladito. Cielo seminublado y luz suave. Hojarasca café meciéndose en remolinos por la ventisca o corriendo a ras de suelo, haciendo su ruido seco al arrastrarse. 

Yo me hice un desayunazo con calma: sofreí ajo y cebollinos en aceite de oliva español y agregué camote picadito en trocitos muy finos, tomate picado y hojas de kale y espinaca. Añadí cúrcuma y unas pizcas de sal. Dejé todo esto cocinarse a fuego lento. Cuando estaban las hojas en el punto, agregué un par de huevos y los revolví, añadiendo alcaparras y trocitos de aceituna. Listo. Tenía pan integral y hummus para acompañar todo esto. 

Y chorreé el café Reserva Especial de CoopeDota que tengo porque decidí que el mejor café hay que tomárselo ya. Como todo en la vida, no sabés si podrás tomártelo más tarde, así que mejor ya. De una vez. No dejés que se te escape la oportunidad como una ilusión para que después tengás que cantar con Marisa Monte y Julieta Venegas: "Una vez yo tuve una ilusión y no supe qué hacer con ella. Y se me fue. ¿Por qué la dejé?"

Además tomar buen café, calientito, muy negro y aromático, es un placer especial en una mañana otoñal.

Luego trabajé todo el día. Me dediqué a revisar un artículo filosófico, uno técnico, de matemáticas del siglo XVII, que me devuelve a mis años del doctorado. Y lo envié a una buena revista que ya me lo aceptó. Una muy buena, quizá la mejor en que haya publicado. Me di por satisfecho. He tenido una linda experiencia de muchos años con las matemáticas y la filosofía juntas. Y hoy la concluí. Estoy intentando cerrar ciclos. 

Mientras trabajaba recordé que para mí la filosofía siempre ha sido un asunto de otoño e invierno. Primavera y verano son para la literatura, la poesía, la espontaneidad. 

Ya viene el otoño y siento otro ritmo llegar. El ciclo del verano se cerró, con sus sueños y pasiones. Ahora viene otro. Lo llevaré suave, acompañado de buen café.


jueves, 28 de septiembre de 2017

Crónica de un amor

Aquí va mi crónica de esta semana, Amor Clarice en Prospect Park. Quizá me paso de romántico. Así soy: por eso he insistido en leer los libros de Clarice Lispector aunque me haya costado tantas vicisitudes terminarlos. Es una forma de amarla y amar sus letras.

Pero quizá así somos todos en mi familia. Anto me escribió con respecto a esta crónica: "Hasta ahora termino de leerla. Con mil interrupciones que tuve que vencer. Muy simbólico porque veo que el amor es tan poderoso que hay siempre fuerzas de oposición que pretenden distraerlo. Pero el verdadero amor siempre vence. Siempre surge de entre las hierbas del montazal que tratan de ahogarlo y se eleva como el árbol más alto de la tierra. El que ama se levanta con señorío y fuerza. Amemos, seamos alegres".

Osea, como romántico estoy bien acompañado por Anto. También por Clarice.

Ma me preguntó sobre la traducción de la cita en portugués al final de la crónica. Aquí va:

"Mi única salvación es la alegría (...) Me rehuso a ponerme triste. Seamos alegres (...) Soy alegre en este mismo instante porque me rehuso a ser vencida. Entonces amo. Como respuesta. Amor impersonal, amor it, es alegría. Incluso el amor que no prospera. Incluso el amor que termina".

Lo dicho: esto es cosa de románticos. Se deja ir un amor que no va a prosperar y uno escoge seguir amando y ser alegre haciéndolo.

Clarice Lispector

lunes, 25 de septiembre de 2017

Volver al jardín y cantar "Sí"

Después de visitar el altar de Inari-sama en el jardín japonés ayer, me quedé largo rato contemplando el estanque, dejando que el sol me acariciara y el cielo azul me llenara la vista y el alma de color y brillo. Ya había meditado mis oraciones por mi gente amada de México y Puerto Rico - y Costa Rica, Brasil, Venezuela, España, Japón, Perú, Birmania. 

Junto al estanque me nació cantar en voz baja el coro de la canción Três Letrinhas de Marisa Monte:

  É minha canção 
  resto de oração
  que fugiu da igreja.
  Não quis mais do vinho,
  foi tomar cerveja.
  Voltou ao jardim
  e tá esperando gente
  que só disse sim.

Siempre me ha gustado esta imagen: una canción, resto de una oración, que huye de la iglesia y su vino amargo y regresa al jardín--al paraíso--a tomar cerveza. Y mientras canta y bebe, espera gente que sólo dice sí: 

Sí a la Vida.
Sí al Amor. 
Sí a darse.
Sí a recibir.
Sí.

 


domingo, 24 de septiembre de 2017

Leyendo "Testamento" de Mia Couto

Hace un año estaba en Lisboa, embelesado con la ciudad. Entre muchas otras delicias, allá surgió una renovada amistad con Asahi-san y conocí a su chiquita. 

Hoy, para conmemorar, llevé al parque mi copia del poemario Vagas e lumes de Mia Couto, un regalo de Asahi-san. Meses después de mi visita, ella me compró el poemario en la librería Bertrand y me lo envió por correo desde Lisboa. Lo leyó en una playa atlántica antes de mandármelo. 

Conforme leo, me gusta descubrir los pequeños corazones que ella dibujó al margen de sus poemas favoritos. Entre ellos, hoy me ha llegado a mi corazón de poeta, o al menos a mi alma de amante de la poesía, éste, "Testamento":

   Tudo o que tenho
    não tem posse:

    o rio e suas ocultas fontes,
    a nuvem grávida de novembro,
    o estilhaçar do riso em tua boca.

    Só me pertence
    o que não abraço.

    Eis como eterno me condeno:
    - amo o que não tem despedida.

Por un corazón así de libre y amoroso al mismo tiempo, levanto una copa de vinho verde: ¡Salud!

sábado, 23 de septiembre de 2017

Bailar chorinho a paso de bolero

Fui a escuchar chorinho a Barbès antes de nadar en el YMCA. Tocaba Regional de NY, el grupo de choro que acostumbro escuchar cada vez que puedo para disfrutar y transportarme de Brooklyn a Brasil. Sobre todo me imagino en Santos: cuando vivía allí iba todos los sábados al final de la tarde a la plaza contigua al acuario, frente a la playa, a escuchar una roda de choro formada por unos viejitos súper gatos con sus instrumentos. Los tipos de Regional de NY son de mi edad, es decir, jovencísimos, al menos para esa música antigua y hermosa del Brasil de hace casi un siglo. 

Esta noche Regional era un cuarteto: un acordión, una pandereta, una guitarra eléctrica y una guitarra de siete cuerdas. Para mi gusto faltaban un cavaquinho y una flauta o un clarinete. Pero el cuarteto se la jugó bonito. Por momentos el acordión sacaba tonos de clarinete y la guitarra eléctrica imitaba un pizzicato de cavaquinho. Deleitaron a la audiencia con muchos chorinhos y un par de sambas.

Y tuve un momento de sagacidad, de insight, de epifanía, importante. Regional tocaba el choro lento y suave Migalhas de amor cuando me di cuenta que se podía bailar a paso de bolero. El panderetero marcaba el paso: un-dos-tres-pausa, un-dos-tres-pausa. Volví a ver si había alguna mesoamericana o caribeña para marcarle un bolero, pero no. Las brasileñas estaban acompañadas y las gringas no saben qué es un bolero. No importa. Hice el pasito de bolero solito y con cadencia. 

Regional siguió tocando algunos choros más animados, pero cuando interpretaron Cordas de Aço lo confirmé: se podía bailar ese choro a paso de bolero.

Cuando terminó el recital, a paso de bolero me fui caminando hasta la piscina.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Crónica de una despedida neoyorquina

Esta crónica en ViceVersa llega a destiempo pues hasta ahora pude publicarla: Despedida interoceánica en aguas neoyorquinas.  Tsun-Hui y yo nos despedimos en junio cuando ella se fue al Japón. Fue una despedida triste pero apacible pues habíamos disfrutado plenamente una linda amistad. 

Esta madrugada, despierto antes de que rayara el alba, pensaba en otras despedidas. Hay algunas que te duelen porque parece que se dan antes haber vivido la historia que había para vivir. Querés mucho a alguien, con amor sincero, pero sabés que no podés quedarte. Talvez cada uno quiere una historia diferente y, aunque los dos se esfuerzan, no logran conciliarlas. Igual tenés que llenarte de entereza, soltar lo que querías, e irte con amor y deseando el bien. 

Hay en ello algo bueno: dejás a la otra persona libre y te vas libre. No te quedás atascado en el pasado, insistiendo en una posibilidad que no se va a dar, cuestionándote una y otra vez. Dejás a la otra persona en paz para que escoja lo mejor para sí misma y se rodee de quien ella quiera en su vida. Y vos podés vivir en el presente y mirar hacia el futuro, con corazón libre y dispuesto a vivir lo que te traiga.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Bailadita con Yotoco en The Owl

Es bailando como he sido más feliz en Brooklyn. Muchas veces he bailado contento en casas de música de Nuyork; otras en conciertos al aire libre, como este verano que pasó en Bryant Park con Jarana Beat y en Prospect Park con Lilla Downs; unas poquitas pero muy especiales aquí mismo en mi cuevita. 

Aunque yo continúe diciendo mis oraciones amorosas en silencio, anoche quería alegría. ¿Entonces qué mejor que ir a bailar al ritmo de mis amigos boricuas y colombianos de Yotoco?  Ellos me han alegrado la vida desde las noches solitarias del otoño del 2015. Y desde entonces he ido conociendo su música y forjando una bonita amistad con ellos. Entonces anoche salí de casa, atravesé Prospect Park desde Windsor Terrace hasta Lefferts - Prospect Gardens, escuchando el canto de los grillos en la oscuridad, y llegué a la nueva casa de música The Owl Music Parlor para escuchar a mi banda brooklyniana-latinoamericana favorita. 

Al llegar me encontré con Sebastián el paisa, Nato la cantante caleña, Gabo el conguero boricua y Gio su coterráneo cuatrero. Nos regalaron un concierto alegre para bailar y gozar - una sabrosería, como se titula una de sus cumbias deliciosas pa' bailar. Me lancé a la pista con Ana, la enamorada de Gio, K, la novia de Gabo y mi compañera de todos los bailes de Yotoco, E, nuestra nueva amiga chilanga, Luis y Gabi, los boricuas, D, bailarina, G-C, el filósofo vendedor de vinos, y muchos más. Nos faltaron C, la fotógrafa boricua, y R, el DJ Tres Dos. Pero me encontré a Ian, un compa filósofo que nunca había visto en un baile de Yotoco. Y todos bailamos. Cantamos. Gozamos. 

Después del baile rematamos comiendo tacos todos juntos en Oaxaca - no el estado mexicano que añoro conocer, sino en la taquería. Pero igual me imaginé que estaba en México con toda mi gente latinoamericana y me sentí feliz. 

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Crónica: Ángel en el Lago Prospect

Esta tarde, después de dar clases, tomé el tren Q desde la avenida H hasta Parkside y entré caminando a Prospect Park por su esquina sureste. Caminar por el parque, a la orilla del lago, de regreso a casa, me serena. Me da sosiego al final del día intenso. Hoy, como en todos los días recientes, me detuve en un recoveco en la orilla a contemplar el lago por un rato, a meditar, agradecer a la Vida y decir de corazón mis oraciones por las personas amadas que están sufriendo su duelo. Me acompañaba de cerca una tortuguita que nadaba con la cabeza fuera del agua para respirar. Dos cisnes y decenas de patos nadaban lejos. Dije mis oraciones en mi mente y recordé esta experiencia del domingo 3 de setiembre que relaté como crónica en ViceVersa Magazine: Un ángel en el Lago Prospect. La escribí a manera de elegía y con ella guardo silencio sobre esto en adelante. Que ese ángel que ha regresado del cielo acompañe siempre a quienes le aman y les traiga paz.

martes, 12 de septiembre de 2017

Dos crónicas guatemaltecas: Antigua y Atitlán

Comparto mis dos últimas crónicas en ViceVersa, una sobre Antigua y otra sobre el Lago de Atitlán. Un día Ma me escribió que aún disfruta ese viaje. Eso me alegra los días brooklynianos también.

domingo, 10 de septiembre de 2017

Espíritu de libertad en media piscina

La luz del final de la tarde iluminaba la piscina de Brooklyn College mientras yo nadaba el jueves. Disfrutaba los reflejos dorados en el agua cuando yo la desplazaba con mis brazadas. Nadaba con ganas, con vitalidad, dándole al agua mi mejor esfuerzo. Resolví superar la distancia que me había propuesto al principio del entrenamiento, aunque tuve que sacar energía de reserva y exigirme un poco más físicamente. Me deleitaba pensando que en la natación siempre vas para el frente, nunca para atrás. Tu última vuelta, tu última patada, tu más reciente brazada ya quedaron atrás. Buenas o malas, no te podés devolver a repetirlas. Solo tenés que dar la brazada y la patada presentes y visualizar las que están por venir. 

"Esto", pensé, "es cultivar el espíritu de libertad". Para vivir la vida en libertad, sin temor - aspirando, por ejemplo, al amor pleno, al amor que te surge de lo más profundo del ser, de las entrañas y del corazón, sin repetir amores a medias, amores frustrados y frustrantes - no podés devolverte. Solo repetirías el pasado. Tenés que vivenciar el presente y forjar futuro, aunque te duela el cuerpo, aunque te duela el alma, aunque te duela el corazón por lo que queda atrás. Tenés que vivir encarando el presente con todo lo que te aparezca e imaginando un buen futuro. Tenés que bracear, patear y vivir en el aquí y ahora, atento a las nuevas posibilidades. Que la Vida nos dé fuerzas a mí y a las personas amadas para hacerlo.

martes, 29 de agosto de 2017

Crónica Urbana: Juan Pa erguido como un espavel

La metáfora para esta crónica, "Juan Pa erguido como un espavel", me la inspiró la fotografía de C.T. que acompaña el texto en ViceVersa. Y la colaboración me regaló una linda amistad con esta fotógrafa puertorriqueña y con su enamorado, el DJ Tres Dos. Además fortaleció mi amistad con Juan Pa, quien tanto me ha inspirado y tanto bienestar me ha regalado.

lunes, 21 de agosto de 2017

Caminata impresionista por Antigua

Largas tapias blancas con techitos de teja. Calles empedradas. Coloridos frentes de casas coloniales con grandes puertas de madera reforzadas con marcos de hierro. Ventanales y verjas de hierro forjado o madera torneada. Enormes faroles de hierro y cristal cuya luz amarilla ilumina las calles taciturnas. Plaza central rodeada de catedral, ayuntamiento y antiguas casas convertidas en tiendas y cafés. Mujeres mayas con sus vestimentas tradicionales de tejidos coloridos. Hombres mayas indistinguibles de los ladinos pues ya visten igual. Mujeres mestizas indistinguibles de las "blancas" excepto por la clase social. Iglesias en ruinas. Al sur, el colosal Volcán de Agua. Sobre éste, en noche despejada, la Cruz del Sur. 

Atisbo todo esto mientras camino acompañado de mi mamá, filósofa mística que siente el espíritu sus ancestros españoles e indígenas, y de mi abuelita Dorita, dama elegante y prudente, quien caminó por estas mismas calles y plazas junto con su hermana Estrella y hoy ha vuelto a recorrerlas en mi mente y corazón.